viernes, 15 de febrero de 2008

"ALGO QUE DECIR: Serrat, Sabina, Chambao" por Darío Yancán





Etnias, sonidos e imágenes de variadas procedencias se han incorporado a los discursos musicales puros. La mezcla pare nuevos caminos, fusiones impensadas propician la convivencia multirracial. Fusiones que son bienvenidas para oxigenar los oídos y extender mensajes.

Se siguen perforando las fronteras, se siguen diluyendo. Deberían aún existir? Deberían seguir las Aduanas y muros? De quién es el problema de la libertad de circular? A qué teme un Estado fenecido, a la llegada de otras gentes? A quién espanta lo que el mar nos trae? A los nacionalistas, a los fascistas, a los puristas? Cuál es el temor que las culturas dejen de ser puras, que pierdan sus cánones?

En definitiva, dentro o fuera debiera lo mismo, salvo para quienes desean que dentro sea diferenta que fuera, que allá se queden ELLOS y dentro, NOSOTROS al confort.
Nuestro confort determina su INCONFORT.


La música circula libre, transmite. Bueno, ALGUNA MÚSICA, ALGUNAS LETRAS.
Alguna música sigue tomando y haciendo canción los problemas de la gente real, sigue siendo para algunos un sitio de militancia y de DECIR Y PENSAR.

Vayan algunos ejemplos:


Disculpe el señor (Joan Manuel Serrat)

Disculpe el señor
si le interrumpo, pero en el recibidor
hay un par de pobres que
preguntan insistentemente por usted.

No piden limosnas, no...
Ni venden alfombras de lana,
tampoco elefantes de ébano.
Son pobres que no tienen nada de nada.

No entendí muy bien
sin nada que vender o nada que perder,
pero por lo que parece
tiene usted alguna cosa que les pertenece.

¿Quiere que les diga que el señor salió...?
¿Que vuelvan mañana, en horas de visita...?
¿O mejor les digo como el señor dice:
"Santa Rita, Rita, Rita,
lo que se da, no se quita...?"

Disculpe el señor,
se nos llenó de pobres el recibidor
y no paran de llegar,
desde la retaguardia, por tierra y por mar.

Y como el señor dice que salió
y tratándose de una urgencia,

me han pedido que les indique yo
por dónde se va a la despensa,
y que Dios, se lo pagará.
¿Me da las llaves o los echo? Usted verá
que mientras estamos hablando
llegan más y más pobres y siguen llegando.

¿Quiere usted que llame a un guardia y que revise
si tienen en regla sus papeles de pobre...?
¿O mejor les digo como el señor dice:
"Bien me quieres, bien te quiero,
no me toques el dinero...?"

Disculpe el señor
pero este asunto va de mal en peor.
Vienen a millones y
curiosamente, vienen todos hacia aquí.

Traté de contenerles pero ya ve,
han dado con su paradero.
Estos son los pobres de los que le hablé...
Le dejo con los caballeros

y entiéndase usted...
Si no manda otra cosa, me retiraré.
Si me necesita, llame...
Que Dios le inspire o que Dios le ampare,
que esos no se han enterado
que Carlos Marx está muerto y enterrado.




Papeles Mojados (Chambao)

Miles de sombras cada noche trae la marea,
navegan cargaos de ilusiones que en la orilla se quedan.
Historias del día a día, historias de buena gente.
Se juegan la vida cansaos, con hambre y un frío que pela.
Ahogan sus penas con una candela, ponte tu en su lugar,
el miedo que en sus ojos reflejan, la mar se echó a llorar.

Muchos no llegan, se hunden sus sueños,
papeles mojaos, papeles sin dueño.
Muchos no llegan se hunden sus sueños,
papeles mojaos, papales sin dueño.

Frágiles recuerdos a la deriva desgarran el alma,
cala to los huesos el agua los arrastra sin esperanza.
La impotencia en su garganta con sabor a sal,
una bocanada de aire le da otra oportunidad.
Tanta injusticia me desespera, ponte tu en su lugar,
el miedo que en sus ojos reflejan, la mar se echó a llorar.

Muchos no llegan, se hunden sus sueños,
papeles mojaos, papeles sin dueño.
Muchos no llegan, se hunden sus sueños,
papeles mojaos, papeles sin dueño.

Muchos no llegan, se hunden sus sueños,
papeles mojaos, papeles sin dueño.
Muchos no llegan, se hunden sus sueños,
papeles mojaos, papeles sin dueño.



Pájaros de Portugal (Joaquín Sabina)

No conocían el mar
Y se les antojó más triste que en la tele
Pájaros de Portugal
Sin dirección, ni alpiste, ni papeles.

Él le dijo "vámonos"
"¿dónde?" le respondió llorando ella.
Lejos del altar mayor
En el velero pobretón de una botella
Despójate el añil, redil del alma
De largo con camisa
Devuélveme el mes de abril
Se llamaban Abelardo y Eloísa
Arcángeles bastardos de la prisa.

Alumbraron el amanecer muertos de frío
Se arroparon con la sensatez del desvarío
Tuyo y mío de vuelta al hogar
Qué vacío deja la ansiedad
Qué vergüenza tendrán sus papás.

Sin alas para volar
Prófugos del instituto y de la cama
Pájaros de Portugal
Apenas dos minutos, mala fama
Luego la guardia civil les decomisó
El sudor y la sonrisa
Las postales de Estoril, sin posada,
Sin escudos y sin visa
Se llamaban Abelardo y Eloísa.

Bucearon contra el Everest y se ahogaron
Nadie les enseñó a merecer el amparo
De la virgen de la soledad
¡qué pequeña es la luz de los faros!

Bucearon contra el Everest y se ahogaron
Nadie les enseñó a merecer el amparo
De la virgen de la soledad
Qué pequeña es la luz de los faros
De quien sueña con la libertad ...



El capital circula libre en el mundo global, la música también. Los problemas y dolores son los mismos, aquí y allá. Desapareció el tiempo y la distancia, y la música sigue sonando. Sepamos elegirla.

Estamos aproximados y en la misma bolsa, o dentro o … (algunos pocos) fuera.

La pobreza de AFRICA Y LATINOAMERICA la creó el centro y los esfuerzos por cerrar las fronteras los hacen ellos mismos.

¡SEAN RESPONSABLES Y HÁGANSE CARGO¡¡¡

Sr. DJ póngase un tema, pero de los buenos.

jueves, 14 de febrero de 2008

"LEIBNIZ" por Gilles Deleuze





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(Traducción al espaÒol: Ernesto Hernández B., Santiago de Cali, Agosto 1998.



Aquí estamos, nos encontramos frente a tres cuestiones.

Primera cuestión, lo hemos visto la última vez, se trata de la extrema importancia de la noción de singularidad, y creo que singularidad o punto singular, es una noción de origen matemático que aparece con los inicios de la teoría de las funciones. Los historiadores de las matemáticas consideran, y eso es justo, que la teoría de las funciones es, sin duda, la primera gran formulación de la que depende lo que se llama las matemáticas modernas. La teoría de las funciones analíticas. Ahora bien, Leibniz está en la base de esta teoría de las funciones. La importancia de Leibniz en matemáticas es sin duda que en sus obras matemáticas elabora una teoría de las funciones, la cual no habría, no digo que nada por desarrollar, sino a la cual habrá muy poco que cambiarle. Entonces es un acto matemático fundamental, que orienta las matemáticas hacia una teoría de las funciones. Ahora bien, los puntos singulares o las singularidades son el instrumento esencial de esta teoría; simplemente que Leibniz no se contenta con ser el primer gran matemático en desarrollar toda una teoría de las funciones, no digo que se la invente porque en el siglo XVIII (?) Que se dibujan los rudimentos de una gran teoría de las funciones, pero en Leibniz no se trata simplemente de eso, sino que se con él el concepto de singularidad se enjambra y deviene un concepto filosófico-matemático, øen qué sentido? En el sentido exacto en que -en general- podemos decir: las singularidades, habíamos visto que habían de muchos tipos; y para nosotros será un objeto clasificar las singularidades, en el sentido leibniciano del término singularidad. Ahora, en el primer sentido de la palabra singularidad, para Leibniz øQué es una singularidad? Yo diría, muy sumariamente, que una singularidad es una inflexión o, si ustedes prefieren, un punto de inflexión, y bien el mundo es la serie infinita de las inflexiones, el mundo es la serie infinita de las inflexiones posibles. Mi primero pregunta-conclusión es: øqué es una singularidad o qué es un punto singular? Una vez dicho que -en general- nosotros podemos decir que una singularidad es una inflexión, o bien una singularidad está allí donde pasa algo en una curva.

Entonces nuestra idea, desde el comienzo, de la superficie de curvatura variable que es el tema que nos ha parecido fundamental en Leibniz, es inseparable de una técnica y de una filosofía de las singularidades y de los puntos singulares. Yo no tengo necesidad de insistir, pienso, sobre la novedad del sentido de una tal noción, pues bien, de antemano la lógica conocía lo universal, lo general, lo particular, lo singular. Pero la singularidad en el sentido del punto de vista singular, o de lo que sucede a una línea, eso es algo completamente nuevo, y en efecto es de origen matemático.

Entonces, en ese nivel puedo definir filosóficamente un acontecimiento como un conjunto de singularidades. Yo diría, en ese momento, que la noción no es solamente de origen matemático sino de origen físico. Un punto crítico en física, evaporación, cristalización, todo lo que quieran, un punto crítico en física se presenta como una singularidad. Todo esto, ustedes lo sienten, es ya un conjunto de problemas. Hacemos un homenaje a Leibniz por el advenimiento de esta noción matemático-físico-filosófica, el punto singular.

Tenemos un primer grupo de cuestiones que, para nosotros, están bien planteadas, pero que ustedes sienten que son materia para un desarrollo, una búsqueda.

Segunda cuestión, o segundo presentimiento que tenemos: puede ser que entre dos singularidades haya un tipo de relación de hecho original, y una lógica del acontecimiento exige que este tipo de relación sea especificada. øQué es una relación, y de qué tipo son las relaciones entre singularidades? La última vez yo adelante una hipótesis a partir de la siguiente idea, una noción tan rara como la que Leibniz instaura diciendonos: si ustedes toman un conjunto de posibles, no son forzosamente composibles, entonces la relación de composibilidad y de incomposibilidad sería ese tipo de relación entre singularidades, "Adán no pecador" es incomposible con el mundo donde Adán ha pecado. Una vez más, esto es lo que me importa, comprendan bien, "Adán no pecador" es contradictorio con "Adán pecador", pero no es contradictorio con el mundo en que Adán ha pecado. Simplemente entre el mundo en que Adán ha pecado y el mundo en que Adán no peca hay incomposibilidad. La situación de Dios cuando crea el mundo es muy rara, vean ustedes, y esto hace parte de las ideas más celebres de Leibniz, la situación de Dios cuando crea el mundo es que Dios se encuentra en una situación en la que él elige entre una infinidad de mundos posibles, elige entre una infinidad de mundos igualmente posibles, pero que no son composibles unos con otros. En el entendimiento de Dios hay una infinidad de mundos posibles y Dios va a elegir, pero esos mundos posibles no son composibles unos con otros, y él va a elegir uno de ellos.

øCuál? Afortunadamente no tenemos todavía que ocuparnos de ese asunto, pero es facíl adivinar la respuesta de Leibniz, él elegirá el mejor. El mejor, elegirá el mejor de los mundos posibles, no puede elegir a todos a la vez, pues son incomposibles, elegirá el mejor de los mundos posibles. Idea muy, muy curiosa, pero øqué quiere decir el mejor, y cómo elige el mejor? Necesita una especie de cálculo. øQué será el mejor de los mundos posibles y cómo lo elige? øLeibniz no se inscribe en una amplia teoría de los filósofos para los que la actividad superior es el juego? Decir simplemente que, para muchos filósofos, la actividad superior o divina es el juego, es no decir gran cosa, porque se trata de saber de que juego se trata, y las oportunidades según la naturaleza del juego. Es sabido que ya Heraclito invocaba el juego del niÒo jugador, pero todo depende de a qué juegue el niÒo-jugador, øel Dios de Leibniz juega al mismo juego que el niÒo de Heraclito? øNietzsche invocará el mismo juego? øserá el mismo juego de Mallarme? Leibniz nos está forzando a hacer una teoría de los juegos, más aún e él mismo le apasionaba hacer una teoría de los juegos.

En el siglo XVII comienzan las grandes teorías de los juegos. Leibniz le prestara su concurso, y yo aporto la siguiente observación erudita: Leibniz conocía el "go", eso es muy interesante, él conocía el "go", dice "un juego chino", y dice que la gran diferencia entre el go y el ajedrez -y en eso es muy acertado-, es que el ajedrez hace parte de los juegos en los que se trata de tomar, tomar piezas. Ustedes ven como se esboza una clasificación de los juegos, no se toma de la misma manera en el ajedrez que en las damas, entonces hay muchos modos de captura, pero son juegos de captura. Mientras en el go se trata de aislar, de neutralizar, de rodear, no tanto de capturar, de inactivar. Entonces digo "observación erudita", es que en las ediciones de Leibniz en el siglo XIX, el juego del go es tan poco conocido que, a propósito de ese texto de Leibniz, hay una nota, por ejemplo en el Couturat, a inicios del siglo XX, Couturat que es un gran especialista, a la vez de las matemáticas y de Leibniz, hay una nota de Couturat sobre la alusión de Leibniz a ese juego chino, el nos dice a que remite esto y lo describe un poco, para luego decir "según lo que nos ha dicho un especialista chino". Entonces es muy curioso puesto que, según la nota de Couturat, el go no era conocido en ese momento. A Francia se lo importo recientemente. Bueno, en fin, pierdo el tiempo... era para decirles a ustedes... para decirles øqué?... Si, øal final de que cálculo, de que juego, Dios va a elegir un mundo determinable como el mejor? Bueno dejemos eso de lado porque no es difícil, la respuesta no es difícil, y por el momento navegamos en lo difícil.

Lo que nos importa, y es mi segunda pregunta, es: øcuál es el tipo de relación que permite definir la composibilidad y la incomposibilidad? La última vez yo estuve forzado que los textos de Leibniz fallaban un poco en este aspecto, pero que teníamos el derecho de intentar una hipótesis, y la hipótesis que intentamos era: se puede decir que hay composibilidad entre dos singularidades cuando el prolongamiento de una va hasta la vecindad de la otra dando lugar a una serie convergente, y al contrario, incomposibilidad cuando las series divergen. Sería entonces la convergencia y la divergencia de las series la que me permitiría definir la relación de composibilidad e incomposibilidad.

Entonces la composibilidad y la incomposibilidad serían las consecuencias directas de la teoría de las singularidades. Es mi segundo problema, e insisto sobre eso, son problemas. Es el segundo problema que se podría sacar de nuestra sesión precedente.

Tercer y último problema, es que, entonces, yo tendría al menos -ventaja inapreciable... lo veremos-, yo tendría al menos una última hipótesis sobre esta cuestión fundamental en Leibniz: øqué es la individualidad o la individuación? øpor qué es una cuestión fundamental en Leibniz? Ya lo hemos visto, si es verdad que toda sustancia es individual, si es verdad que la sustancia es la noción individual designada por un nombre propio, ustedes, yo, César, Adán, etc... la pregunta "øen qué consiste la individuación?", øquién individua la sustancia si toda sustancia es individual? Se vuelve fundamental. Mi respuesta o mi hipótesis era esta: øno podemos decir que el individuo, la sustancia individual, es una condensación, es un condensado de singularidades composibles, es decir convergentes? Eso sería una definición del individuo, no hay nada más difícil por definir que el individuo, si eso se puede decir, diría entonces, que los individuos son singularidades de segunda especie. øQué quiere decir un condensado de singularidades? Por ejemplo el individuo Adán lo defino por -primera singularidad-, y retomo los textos de las cartas a Arnauld: "primer hombre"; segunda singularidad: "en un jardín"; tercera singularidad: "tener una mujer nacida de su propio costado"; cuarta singularidad: "haber sucumbido a la tentación". Ven ustedes series de xxxx (poco audible, posiblemente "singularidades"), ellas pre-existen al sujeto, øen qué sentido? Existe una expresión perfecta para nosotros, diremos de las singularidades que son pre-individuales. Entonces no hay ningún círculo vicioso, lo que sería muy fastidioso, al definir al individuo como un condensado de singularidades, si las singularidades son pre-individuales. "Condensado" øqué significa? Todo tipo de textos de Leibniz nos dicen y recuerdan que los puntos tienen la posibilidad de coincidir, al menos por esto los puntos no son las partes constituyentes de lo extenso. Si tengo un número infinito de triángulos, por ejemplo, o de ángulos, si tengo un número infinito de ángulos, puedo hacer coincidir sus vértices. Diría que "condensado de singularidades" significa que los puntos singulares coinciden. El individuo es un punto, como dice Leibniz, pero un punto metafísico, el punto metafísico es la coincidencia de un conjunto de puntos singulares, de ahí la importancia -pero eso es lo que hemos hecho desde el comienzo, pero tiendo a justificarlo perpetuamente-, es sabido que Leibniz nos repite todo el tiempo: solo hay sustancias individuales. Finalmente no hay mas real que, entiendan, no hay más real que las sustancias individuales. Pero eso no impide, lo hemos visto, y eso es lo que hemos hecho, que sea necesario partir del mundo, es decir es necesario partir de la inflexión. Es necesario partir de la serie infinita de las inflexiones. Solo en segundo lugar se percibirá que las inflexiones -o el mundo mismo- solo existe en las sustancias individuales que lo expresan. Pero eso no impide que las sustancias individuales resulten del mundo, es lo que les decía, es necesario absolutamente mantener las dos proposiciones a la vez: las sustancias individuales son para el mundo, y el mundo está en las sustancias individuales. O, como dice Leibniz: Dios no ha creado a "Adán pecador" -ese es el texto clave para mi, puesto que, sin ese texto, todo lo que hemos hecho, el orden que hemos seguido en el primer trimestre, es decir ir del mundo a la sustancia individual, no sería valido. Dios no ha creado a "Adán pecador", él ha creado el mundo donde Adán ha pecado, una vez dicho que el mundo donde Adán ha pecado solo existe en las nociones individuales que lo expresan, aquella de Adán y las de todos nosotros que vivimos bajo el pecado original. Bueno... entonces, ustedes ven... mi tercer punto es toda esta esfera del problema de la individuación del que creo que Leibniz es, también aquí, el primero.

Si resumo los tres puntos, digo que -entre todas las cosas fundamentales que Leibniz ha aportado a la filosofía- está primordialmente la irrupción de la noción matemático-físico-filosófica de singularidad, a la que responde mi problema "pero a fin de cuentas øqué es una singularidad?", porque no se habrá nunca terminado con la singularidad como elemento constituyente de los acontecimientos. Una lógica de los acontecimientos, una matemática de los acontecimientos, es una teoría de las singularidades. Ahora bien en matemáticas esta se confunde con la teoría de las funciones, pero nosotros reclamamos no solo una teoría de las funciones, sino también reclamamos una lógica del acontecimiento.

Segundo punto: los tipos de relaciones de una singularidad con otra, composibilidad, incomposibilidad, series convergentes, series divergentes, y øcuáles son las consecuencias de todo esto para el entendimiento de Dios, y para la creación del mundo, y para el juego de Dios? Si Dios crea, es decir elige el mejor de los mundos posibles, lo hace por una especie de cálculo o de juego.

Tercer punto: øQué es la individualidad si partimos de la idea de que condensa un número de singularidades, o bien una infinidad de singularidades, etc... siendo esas singularidades, entonces, necesariamente pre-individuales?

Estos son tres problemas rudos. Aquí es muy fácil, yo quisiera sacar consecuencias sosegantes. Ven ustedes esta curiosa situación, la composibilidad, la incomposibilidad. En el entendimiento de Dios se trata de una infinidad de mundos posibles -aquí Leibniz va a fondo-. Pido perdón a quienes estaban aquí hace dos aÒos, yo ya he hablado de esto a propósito de otra cosa, a propósito de un problema concerniente a lo verdadero y lo falso, y entonces necesitaba toda la evidencia que retomo, pero voy a hacerlo muy rápido. Hablo para quienes no estaban aquí. Hay tres textos fundamentales que deben ustedes considerar; el primero es muy celebre, es el de Leibniz La teodicea. En La teodicea, tercera parte, parágrafos 413 y siguientes, es un texto eminentemente barroco. øA qué se llama un relato barroco? Por ejemplo Gerard Genette, entre otros críticos que se han ocupado de esto, y en general, todos están de acuerdo para decirnos que lo que caracteriza los relatos barrocos -a primera vista, inmediatamente-, es ante todo el encajamiento de relatos los unos en los otros, de una parte, de otra parte la variación de la relación narrador/narración, las dos hacen una. A cada relato encajado en otro corresponde, en efecto, una relación narrador/narración de un nuevo tipo.

Si usted toma, a partir del parágrafo 413, la historia muy curiosa que cuenta Leibniz, y que es bella -como todo en La teodicea- verán ustedes que es un relato barroco pues, como él parte de un diálogo entre un filósofo del ranacimiento que se llama Valla... fin de la cinta ...

... es invocado un personaje romano, Sexto, el último rey de Roma que ha mostrado pasiones males y que principalmente ha violado a Lucrecia; algunos dicen que es su padre el que ha violado a Lucrecia, bueno pero en la tradición de Leibniz es Sexto el que ha violado a Lucrecia. Y la cuestión es: øcuál es la falla de Dios, Dios es responsable del mal? Ese primer relato, el diálogo Valla-Antoine, en ese primer relato se encaja un segundo relato que es el de Sexto que va a consultar a Apolo, para preguntarle, pero en fin, Apolo, øqué va a sucederme? Después se yuxtapone un tercer relato: Sexto está insatisfecho con lo que le ha dicho Apolo, y va a encontrar a Júpiter mismo. Se dirige a Júpiter para obtener una respuesta de primera mano. Variaciones del relato. En la entrevista Sexto-Júpiter, hay un nuevo personaje que es Teodoro el gran sacrificador, Teodoro el gran sacrificador amado por Júpiter, y nuevo relato, Teodoro es quien asiste al diálogo de Sexto y de Júpiter, dice a Júpiter: al menos no le has respondido. Júpiter le dice: ve a ver a mi hija Palas. Entonces el último relato está imbricado en los otros relatos: Teodoro va a ver a Palas, la hija de Júpiter. Vean ustedes como esto constituye un considerable encajamiento. Y allí (Deleuze estalla en una risa) °Teodoro, se duerme! Esto es típicamente Barroco. La novela barroca es completamente así. Entonces yo no puedo creer que Leibniz... él sabe perfectamente lo que hace; en el final de La teodicea que es perfectamente loco, el sabe perfectamente lo que hace. Es una gran imitación barroca y, una vez más, él lo sabe.

Entonces Teodoro se duerme, pero sueÒa. SueÒa que habla con Palas, y Palas le dice: °ven y sigueme! Y lo lleva a ver una espléndida pirámide trasparente. Es el sueÒo de Teodoro, es el palacio de los destinados. Entonces comienza un tema arquitectónico que debería hacernos gozar. El palacio de los destinados, del que soy el guarda, dice Palas. Dice que Júpiter viene de vez en cuando, viene algunas veces a visitar estos lugares para darse el placer de recapitular las cosas y renovar su propia elección. Dios viene a visitar esta arquitectura, esta arquitectura transparente. øQué es esta arquitectura transparente? es una inmensa pirámide, que tiene una cúspide, pero que no tiene fin. øSienten venir algo? Eso quiere decir que, en lo infinito de los mundos posibles, hay un mundo que es el mejor, pero no hay uno que sea el peor. Del lado de abajo se va al infinito, pero no hacia arriba. Hay un máximo pero no hay un mínimo. Eso nos interesa porque es necesario tomar todo matemáticamente. Veremos que, en las listas de todo lo que es punto singular, hay un momento en que surgirá, -no para el momento-, o surgirán las ideas de que hay el máximo y el mínimo. Creo que el máximo y el mínimo en Leibniz no son del mismo tipo. A nivel de los mundos hay un mundo que es el mejor, pero no hay un mundo que sea el peor. Tengo entonces mi pirámide sin fin pero que tiene una cúspide, y en lo alto... pero seÒalemos que eso plantea un problema; el texto es espléndido, espero que lo lean, eso plantea un problema porque øcómo organizarla, aún si intento hacer un dibujo? De hecho en lo alto hay un apartamento -"apartamento" es la palabra que emplea Leibniz. Ustedes recuerdan nuestras historias, del piso de arriba, el piso de abajo, todo eso, y todo eso es retomado en este admirable texto. Hay un apartamento que termina en punta, si yo comprendo bien, este ocupa toda la región superior de la pirámide. Y en este apartamento vive Sexto, bueno, abajo, nos dice Leibniz, hay otros apartamentos, entonces todo se complica. Miro todos esos apartamentos y no es fácil øcómo se organizan? A mi manera de ver no es posible que tuviera la cabeza abajo, en otros términos, capten: øcómo llenar una pirámide y con que figuras. Yo diría que aquella es la figura de los apartamentos. Es un problema que conocen los matemáticos y es un problema apasionante, al nivel más simple, estando dada una superficie øcómo dividirla de tal manera que no haya ninguna parte vacía? Más simplemente øcómo adoquinar un espacio? Los problemas de adoquinado, también son problemas de arquitectura, pero también son problemas de matemáticas.

Por ejemplo: øpodemos adoquinar un círculo con círculos, o habría partes vacías? øDada una superficie con qué podemos adoquinarla? El oficio de empedrador parece ser nada, pero es uno de los más bellos oficios del mundo. El adoquinado es una actividad divina. La prueba es que Leibniz, en un texto celebre titulado Del origen radical de las cosas, sobre todo que ese texto tiene quince páginas, y bien, Leibniz evoca explícitamente, a propósito de la creación del mundo por Dios, el adoquinado. Es decir que el supone eso en lo que, por todas partes, no cree, pero poco importa -supone que el espacio es asimilable a una superficie dada, y dice: Dios elige necesariamente el mundo que llena mejor y al máximo este espacio. En otros términos Dios elige el mundo que adoquina mejor el espacio de la creación. Entonces øcómo voy a adoquinar mi pirámide de apartamentos de tal manera que no haya vacío? Es interesante, hay que suponer que, si son pequeÒas pirámides, algunos apartamentos tienen la punta abajo, sino eso no funciona.

Vean ustedes, planteo todo esto para abrirlos sobre problemas inmensos. Pero entonces en los apartamentos más bajos... cada apartamento, dice Leibniz, no se donde, pero creanme, cada apartamento es un mundo.

Encuentro el texto, "allí abajo la diosa Palas conduce a Teodoro a uno de los apartamentos. Cuando estaba allí eso ya no era un apartamento, era un mundo". Tengo la impresión de que es la entrada en el barroco. Usted entra en la pieza barroca y al mismo tiempo que entra, ya no es una pieza, es un mundo. Ustedes ven un primer apartamento en el que tienen un Sexto, y después otro apartamento, abajo, nunca hay el piso de abajo, siempre hay un piso más abajo, pero hay un piso que es el más alto. Entonces en el piso más alto tienen un Sexto y en los pisos siguientes tienen otros Sexto. øPresienten el problema? porque son Sextos y eso es un problema para nosotros. Entonces esto se complica, pero en ese texto -que es simplemente divertido- me interesa todo, él dice: cada uno de los Sextos, en los apartamentos, tienen una cifra sobre la frente, una cifra, 3000, 10000, y como hacía abajo es infinito, ustedes tienen un Sexto con la cifra 1000000. Y el de arriba tiene 1. øPor qué tiene una cifra? Es que al mismo tiempo, ustedes recuerdan que yo les había dicho que la pieza de arriba era un gabinete de lectura en el barroco, en cada apartamento hay un gran volumen de escrituras. Teodoro no puede impedirse preguntar øeso qué quiere decir? øpor qué hay un gran volumen de escrituras? Palas responde: "es la historia de ese mundo", la historia de ese mundo en el que estamos ahora de visita, le dice la diosa. Es el libro de los destinados. Ustedes han visto un número sobre la frente de Sexto, busquen en ese libro el sitio que marca. Teodoro lo busca y encuentra la historia de Sexto, toda la historia de Sexto. Sin embargo veo a Sexto en su apartamento transparente, °si!, °si! Lo veo, y el imita una secuencia; por ejemplo viola a Lucrecia, o algo más conveniente, se hace coronar rey de Roma. Eso lo veo, teatro. Pero no todo esta montado, en otras palabras, el conjunto del mundo al cual pertenece ese Sexto, es decir el conjunto del mundo en el cual está Sexto, quien viola a Lucrecia y que se hace coronar rey de Roma, con el que Sexto es composible, no lo veo, lo leo en el libro. Vean ustedes la combinación leer-ver propia del barroco, y también lo que llamamos, la última vez, el emblema, diciendo que el barroco es emblemático, lo encontramos completamente aquí.

Vagabundeo. Sexto arriba, bueno pero abajo veo un Sexto que va a Roma, pero renuncia a hacerse coronar. Como dice Leibniz, compra un pequeÒo jardín y se convierte en un hombre rico y respetado. Es otro Sexto, tiene una cifra sobre la frente. yo diría: eso Sexto número dos es incomposible con el apartamento de arriba, con el mundo de arriba, con el mundo 1. Y después veo un tercer Sexto, que renuncia a ir a Roma, que va a otra parte, a Tracia y se hace coronar rey de Tracia, no viola a Lucrecia, supongamos etc., etc... al infinito. Ven ustedes como todos esos mundos son posibles, pero son incomposibles entre ellos, øqué quiere decir eso? Quiere decir que hay divergencia, hay un momento en que eso diverge. øPorque son todos los Sextos? Retomaremos el problema porque es muy importante, pero podemos suponer que es porque un pequeÒo número de singularidades les son comunes. Todos son hijos de Tarquino, y sucesores del rey de Roma; pero en un caso él sucede efectivamente a su padre, en otro caso renuncia a la sucesión y sale de Roma, en otro caso renuncia a la sucesión pero permanece en Roma. Las divergencias, como ven, no pasan de un mundo a otro, las divergencias que definen la incomposibilidad no pasan necesariamente en el mismo punto. Esto es muy importante: tengo una red de divergencias que no comienzan en la misma singularidad, o que no comienzan en el paso de la misma singularidad con otra. Tienen ustedes este cuadro extremadamente alegre de los mundos incomposibles, un conjunto de composibilidad, un conjunto de singularidades composibles definiendo un mundo, y Dios elige, elige el mejor de los mundos posibles.

Quiero hacer, muy rápidamente, alusión a dos textos fundamentales, ustedes encontrarán dos textos literarios típicamente leibnicianos. Uno de ellos no tiene problema pues el autor es extremadamente sabio y ha hecho una versión típicamente leibniciana, lo que de todos modos es curioso, pero no hay necesidad de citarla, es Borges, bajo el título El jardín de los senderos que se bifurcan. La incomposibilidad ha devenido, bajo la pluma de Borges, la bifurcación, los senderos que se bifurcan. Eso está en un volumen titulado Ficciones, El jardín de los senderos que se bifurcan, les leo un pasaje: cuenta una novela que ha hecho un misterioso autor Chino: "En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras (seÒalemos que es exactamente la situación del Dios de Leibniz: entre los mundos incomposibles el adopta uno y elimina los otros); el la del casi inextricable Ts'ui PÍn, opta por todas. (imaginen un Dios leibniciano perverso, haría pasar a la existencia todos los mundos incomposibles, øqué diría Leibniz? Que °es imposible! Pero øpor qué imposible? Porque en ese momento Dios renunciaría a su principio favorito que es el principio del mejor, elegir el mejor; supongan un Dios al que lo tenga sin cuidado el mejor, lo que es imposible evidentemente, imposible, pero supongan un tal Dios, entonces vamos de Leibniz a Borges). Crea, así, diversos porvenires, diversos tiempos, que también proliferan y se bifurcan", de ahí las contradicciones de la novela: "Fang, digamos (es un personaje como Sexto), tiene un secreto; un desconocido llama a su puerta; Fang resuelve matarlo. Naturalmente, hay varios desenlaces posibles: Fang puede matar al intruso, el intruso puede matar a Fang, ambos pueden salvarse, ambos pueden morir, etcétera. En la obra de T'sui PÍn, todos los desenlaces ocurren; cada uno es el punto de partida de otras bifurcaciones". Yo diría que en el entendimiento de Dios es exactamente la misma cosa. En el entendimiento de Dios se desarrollan todos los mundos posibles, simplemente hay una barrera: Dios solo hace pasar a la existencia uno de esos mundos, pero en su entendimiento están todas las bifurcaciones; es una visión del entendimiento de Dios como nunca se había tenido. Me gustaría decir en que Borges hace una pura aplicación, un ejercicio de estilo, que viene directamente de La Teodicea.

Pero lo que me interesa más es esa novela que les indicaba y que es todavía más leibniciana. Esa novela viene de alguien de quien no se esperaba y que se revela como gran filósofo, es Maurice Leblanc, gran novelista popular del siglo XIX, muy conocido porque es el creador de Arsenio Lupín. Pero además de Arsenio, él ha hecho novelas admirables, y principalmente una que ha sido reeditada en el libro de bolsillo y que se llama: La vida extravagante de Balthazar. Verán hasta que punto es una novela tortuosa, la resumo rápidamente: tiene como héroe a Blathazar, y Balthazar es un joven que tiene como oficio el de profesor de filosofía cotidiana, y la filosofía cotidiana es una filosofía muy particular pero muy interesante que consiste en decir: nada es extraordinario, todo es regular, todo es ordinario. Todo lo que sucede es ordinario, en otros términos no hay singularidades, eso es muy importante. A Balthazar le sucederán durante la novela todo tipo de espantosos males, y cada vez es seguido por un tímido admirador que se llama Coloquinto. Y Coloquinto le dice: pero seÒor Balthazar, øqué dice la filosofía cotidiana? al menos no es banal lo que nos sucede, y Balthazar refunfuÒa y le dice: Coloquinto, no comprendes nada, todo es muy ordinario como lo veremos. Y las singularidades se disuelven. øRecuerdan mi tema: cómo se desarrollan las singularidades? En su prolongamiento sobre la serie de ordinarios, hasta la vecindad de otra singularidad. Ahora bien øQué es lo que importa, qué los ordinarios dependen de las singularidades o que las singularidades dependen de los ordinarios?

Un texto de Leibniz al que me atengo mucho, en Los nuevos ensayos, y que cite la última vez, nos haría creer que la respuesta es compleja, puesto que Leibniz nos dice: lo que es extraordinario (entiéndase la singularidad) debe estar compuesto de partes que no lo son. Lo extraordinario debe estar compuesto de partes que no lo son, en otras palabras una singularidad está compuesta de ordinarios. øQué quiere decir esto? No es muy complicado, tomen una figura como el cuadrado que tiene cuatro singularidades, sus cuatro vértices, en fin sus cuatro yo no se que, sus cuatro mojones donde cambia de dirección, sus cuatro puntos singulares, puedo decir A, B, C y D, puedo decir que cada una de esas singularidades es un doble punto ordinario, puesto que la singularidad B es la coincidencia de un ordinario que hace parte de AB, y de otro ordinario que hace parte de BC. Bueno, ødebería decir que todo es ordinario, aun la singularidad, o debería decir que todo es singular, aun lo ordinario? Balthazar ha elegido la primero visión y dice: todo es ordinario, aun las singularidades. Sin embargo, le suceden cosas raras a Balthazar, ya que, él no sabe quien es su padre. A él, contrariamente a los héroes de las novelas modernas, le da lo mismo saber quien es su padre, encuentra que hay un problema de herencia del que necesita que aquel lo saque. Y, Leblanc, el inmortal autor de este libro tan bello, de esta gran novela, da tres singularidades que definen a Balthazar: están las huellas digitales, es una singularidad puesto que sus huellas no se parecen a las de nadie, primera singularidad, las huellas digitales que tiene. Segunda singularidad: un tatuaje que lleva sobre su pecho y que está hecho de tres letras: m, t, p; mtp. De otra parte, tercera singularidad, un viajero que lo ha ido a ver, o al menos, un viajero que le dice: tu padre no tiene cabeza.

Entonces las tres singularidades de Balthazar son: tener un padre sin cabeza, tener las huellas digitales que son las suyas, y tener como tatuaje mtp. Valen por las tres singularidades de Adán: ser el primer hombre, estar en un jardín y tener una mujer nacida de su costado. Podemos partir de ahí. Entonces se suceden toda una serie de padres, primer padre: el conde Coucy Vendome, el responde a las condiciones porque ha muerto degollado, degollado por un bandido, la cabeza suficientemente separada. øBalthazar es el hijo? A partir de las tres singularidades dadas, estas se prolongan hasta la vecindad de esta singularidad: ser hijo del conde asesinado. Sin duda sí, en un mundo, en un mundo eso es así, funciona muy bien. Pero bajo esto, en el momento en que Balthazar va a tomar la herencia del conde de Coucy, lo recoge un bandido que le dice ... fin de la cinta ...

"Las astucias de la servidumbre". Entrevista a David Viñas por Raquel Angel







Domesticación o barbarie

­En una época ­pienso en Contorno, para poner un ejemplo- hubo grandes polémicas culturales en la Argentina. ¿Qué pasa ahora? Da la sensación de que ya no hay debate, de que circula una especie de cortesía en el mundo intelectual, de que nadie quiere irritar a los otros. ­

¡Ah, eso! La cautela, la cautela. Parecería que cierta cosa polémica (y esto ya lo verifiqué en España) es algo así como barbarie. ¿Qué es lo que se ha postulado y logrado aquí: una especie de domesticación del intelectual. Ya no es civilización o barbarie; es ser domesticado o bárbárbaro. ¿Está claro? Si de eso se trata, postulo una especie de barbarización del espacio intelectual. Digo, ¿no? Lo que subyace es temor a las secuelas, a...

­ ¿Perder espacios?

­...Puede ser, desde ya... perder espacios... aparecer como excesivo, perder la calidad de intelectual televisivo, de intelectual más o menos mimado. Y esto quiere decir privilegios. Privilegios indudables, ¿no? Entonces, es mejor entrar en el juego presuntamente irónico...

­... elegante.

­Por un lado. Y por otro, quizá, considerablemente, un miedo a que la cosa se exacerbe y que de la simple polémica intelectual se vaya al reconocimiento de, digamos, la guerra civil permanente. Es decir, en última instancia, no llevemos esto a zonas más graves. Yo creo que tenés razón vos: ahí aparece la cortesía. Paremos la mano, porque esto es empezar a tirar pálidas, es exacerbar la discusión, es hablar de cosas que, mejor, dejémoslas para más adelante. Ya. Está bien: enfriemos la cosa, seamos lo suficientemente educados y civilizados como para que esto no parezca algo de mal gusto.

­El mal gusto es una categoría gue hoy también se maneja con frecuencia ¿no?

­¡Ah... y cómo! Un periodista que asistió a un debate del que yo participé y que se hizo posteriormente a la representación teatral de Angelito, la obra de Cossa, después escribió en su diario: "David Viñas, enojado...". ¿Cuál era el enojo, a ver? ¿Hablar en tono alto? Y, mirá, viejo, yo tengo esta voz, qué le voy a hacer. ¿O decir que, bueno, que, efectivamente, la izquierda argentina es inepta y todo lo que quieras, pero es capaz de tomarse el pelo a sí misma en una obra de teatro? Que yo sepa, eso no lo hicieron los radicales. Ni, mucho menos, los peronistas. Ahí está: ése era el enojo. Está enojado, dicen, tiene mal gusto, está fuera de lugar. Cuando yo creo que, precisamente, el lugar del intelectual crítico... es estar fuera de lugar. Decir las cosas que no se dicen. ¿De qué estamos hablando aquí? ¿Qué es Menem? ¿A quién representa, concretamente? Porque él es mucho más explícito cuando va, por ejemplo, a la Sociedad Rural. En los años '60, hubiéramos dicho: es un funcionario que está al servicio de la Sociedad Rural y de las otras corporaciones. Hoy no. ¿Qué es lo que hay que decir? Por ahí aparece, pero siempre en paños tibios ¿no? Hablan, a lo sumo, de escandaletes. Una crítica en estado coloidal. Como leche cortada. Lógicamente, cómo vamos a pasar a paños calientes. Desde ya. Paños calientes: nos quemamos. Pues bien, así como hay que postular que el intelectual crítico está fuera de lugar, hay que postular que el intelectual crítico se quema. ¿Ante quiénes se quema?, habría que preguntar. Ahí aparecen el cinismo, las racionalizaciones fraudulentas, toda esta especie de idelogía del light ¿no?

­¿Qué pasa con el intelectual que se quema? ¿Hay riesgo de sanción?

­Inevitable, hermana. Entonces no te invitan más porque, lógicamente, sos alquien que tiene mal gusto. Creo que es un poco esto. Y cautela en función de la defensa de determinado tipo de cosas. Porque, se sabe, acá tenemos modelos, sin necesidad de echar mano de Sartre. A mayor heterodoxia crítica, mayor riesgo de sanción. Eso es Rodolfo Walsh. Está claro.

­Que no tiene prolongaciones hoy. Digo: Rodolfo Walsh.

­Y claro... porque aparece la muerte ¿eh? Y de eso la gente no quiere hablar. Desde ya. Aparece esa zona inquietante en la que Rodolfo Walsh metió la mano. Muy simple. En lo esencial es esto. Cómo operan los intelectuales críticos argentinos en su relación con la muerte. A eso me refiero cuando hablo de la falta de tragicidad. Parecería que hoy la consigna es: calmémonos. Un enfriamiento respecto de la pasión, de la exasperación, de la dramaticidad que predominó en el espacio social, en general, y en el campo cultural durante los años setenta. Hay todo un proceso de folklorización, de trivialización, un corrimiento nítido, ¿no?, de aquello que evidentemente puede ser inquietante e incómodo. Parecería que este procedimiento es casi paradigmático. Cuando las papas queman, cuando las cosas se ponen calientes, es decir, cuando hablar de determinados temas te puede sacar llagas en el paladar, mejor optar por eso, ¿no? Calmémonos. Tengamos sentido del humor. Lo light. Pero, ¿qué es esto? ¿De qué están hablando? Una parodia. Que, además, me aburre mucho.

­¿Parodia de qué?

­ En vez de pensamiento crítico, lo que hay es una postulación de etiqueta. Ya. Seamos educados. Está bien. No hablemos de la muerte.

­¿Por qué hay tanto temor, entre los intelectuales, a caer en el discurso moral? Parecería que ponerse en ese lugar es descalificante.

­ ¡Ah, bueno, ya!.. porque es un discurso que trae aparejadas decisiones, tomas de posición y rupturas. Hasta en la facultad, cuando defienden una tesis, he escuchado decir: "Yo de esto no afirmo si está bien o está mal"... Viejo, jugate, decí. ¿A ver? ¿O vos, a la salida del cine, no decís "esta película es un desastre" o "qué bien está"? Ahí emitís juicio de valor, ¿no?, pero cuando se trata de juzgar la cotidianeidad de la política y de la cultura de este país ¿ahí te inhibís? No entiendo por qué esa escisión. Para mí, siempre los dualismos fueron sospechosos. Emito juicios de valor al salir del cine, pero cuando tengo que decir que el señor Menem me parece un miserable opto por ser cuidadosísimo. Y ya. Está bueno. Parecería que el moralismo trae aparejado riesgo, ¿no?, por lo menos de Giordano Bruno para acá, o de Tupac Amaru para acá. "Este es un moralista", dicen. ¡Joder! También ése es un juicio. Yo leo en el revés de la trama, ¿no? Todo juicio, de hecho, es un test proyectivo. ¿Usted desde dónde habla? ¿Desde la amoralidad? Es decir, usted no tiene juicios de valor, usted come mierda o come habas, lo mismo le da, digo, para hacer juicios de valor sobre los ustemas. ¡Por favor! Al que denuncia que el general Harguindeguy apañaba a los verdugos, hay que decirle: "Pero usted es un moralista". ¡Hola! parecería una especie de corroboración de una práctica neutral, ¿no? Mejor me dedico a describir. Describo infinitamente la descomposición, lo que está mal, las infracciones, de la A a la Zeta. Y paro ahí. No hago juicios de valor. Infracciones. Toda una colección. Pero, ¿y qué?. ¿Qué se infiere de todo eso? ¿Dónde se inscribe? ¿Cuál es el contexto? Digo: no hay capacidad de reflexión. De reflexión crítica, entendámonos. ¿Para qué sirve toda esa montaña de datos sobre la corrupción? Empirismo, anecdotismo: hasta ahí llega la cosa. ¿En qué estamos? No hay capacidad de abstraer, de teorizar. Se anecdotiza la corrupción. Puro folklore. El problema no es el señor... ¿cómo se llamaba?... Vicco. Ni los ilícitos de Zutano o Perengano. El problema es plantear una hipótesis de trabajo. Porque, ¿cuáles son los ejes de todo eso, la estructura que lo hace posible?

­Pero si el signo de la época es la domesticación de los intelectuales, como vos decías, la falta de crítica... ¿entonces qué?

­¡Ah, bueno! Es que ésta es una situación que se ha reiterado a lo largo de la historia. ¿O vos creés que es una novedad esto de los inteletuales englutidos? ¿A ver? Hagamos un repaso. Digo: para no caer en una sensación milenarista, ¿no?. En este país, para no abundar, podríamos hablar de Lugones. ¿Si? También era un intelectual proveniente de la izquierda que fue englutido por el sistema, con el señor Quintana o con el señor Uriburu. Quiero decir: ni tanto ni tan poco. ¿Y Sarmiento? Hablemos de Sarmiento, el intelectual crítico de 1840 y 1845 que , en el año 1879, se convierte en un defensor de los aspectos más reaccionarios del sistema instaurado con motivo de la campaña del desierto. ¿Eh? ¿Qué tal? Y en ese momento, no nos olvidemos qué significó el pasaje de la Revolución Francesa a la Restauración. Cómo fue vivido eso por los intelectuales críticos franceses. ¡Otra que la Unión Soviética! Para seguir con el recorte argentino: ¿y Marechal? ¿Cómo era visto Leopoldo Marechal en el año 1946, cuando estaba al frente de... creo que era la subsecretaría de Cultura... por gente que había sido amiga de él antes del '45?. Digo, para relativizar ¿no?. Hablar de esa época. Ahí hubo intelectuales como José Gabriel, César Tiempo y otros más, que se pasaron con armas y bagajes al peronismo institucional, no al peronismo aguerrido, ¿eh? No, no, no: a ocupar ciertos lugares muy jodidos, muy represivos. ¿Quién se acuerda de la etapa represiva de Marechal y de los profesores que fueron echados de la universidad cuando él era subsecretario de Cultura? Ahora es una especie de santo. No sé de qué. ¿Quién se acuerda de cuando escribía en Sol y Luna, una revista de ultraderecha, y de sus manifestaciones fascistas en esos años? ¡Ja! Estas cosas hay que tenerlas en cuenta. Abdicación de intelectuales críticos ha habido siempre. Digo, para no perder el tino, ¿no? A Marechal, finalmente, yo lo conocí en Cuba. Las vueltas del mundo... ¡Joder!

Dice, pregunta Viñas. "Las vueltas de la vida", murmura, mientras va hasta la biblioteca y saca un ejemplar de Sol y Luna, donde enseguida podrá verse que, entre articulos de elogio a Mussolini, hay una nota firmada por Leopoldo Marechal. "Yo me pondría bueno y diría: un hombre confundido", exculpará después, cuando se le señale que todo eso parece dibujar la trayectoria de un oportunista. "Un hombre confundido. Quiero decir, idas y vueltas, ¿no?" Ahora se va a acordar de otras desolaciones, de la década infame, del general Justo y la corruptela de esos años. "Que era como la de ahora. Desde ya: parecidos y diferencias, ¿no?, porque entonces estaba Lisandro de la Torre en el Parlamento, y ahora ¿a quién tenemos? Quiero decir: ¿quién ocupa ese lugar?. ¡Pavada de diferencia!. Y no era un revolucionario, ¿eh?, era un hombre que venía del conservadurismo, socio del Jockey Club y toda la historia... ¡Imaginate! Pero armó, otra que escandalete, un escándalo bíblico en el Parlamento. Y cuando le ofrecieron la presidencia de la República, se plantó y dijo: No, viejo, no".

La solitudine

Ya es de noche. Afuera, detrás del ventanal del piso 13, la ciudad es casi una abstracción. En el mundo, encerrado ahora en el departamento de Córdoba y Montevideo, sólo parece existir la voz de Viñas, sus manos que van y vienen por el aire, cortando palabras, anticipándolas. Se podría hablar largamente del espectáculo de esas manos que no descansan nunca. Pero ya Viñas se ha internado en otra zona, en otras rugosidades de la historia. Pliegues oscuros donde caben la dictadura y el exilio. Y toda la locura y el dolor. Ahora Viñas se está acordando de los hijos, de sus muertos: María Adelaida y Lorenzo Ismael. "Los chicos..."­dice, y no puede seguir, y yo tampoco quiero seguir. Y apago el grabador. Después, mucho después, me va a contar que a María Adelaida la secuestraron a fines del '76, y que al varón se lo llevaron en el '79, cuando él, Viñas, estaba exiliado en España, en un pueblito llamado El Escorial, donde caía la nieve y en donde él, Viñas, se daba la cabeza contra el muro tratando de entender. "¡Qué ferocidad, hermana! Me llamó una mujer desde la Argentina, una tipa infernal de la que prefiero olvidarme, y me tiró por teléfono: 'Mataron a tu hijo'. ¡Imaginate! Pero, pará, ¿quién sos vos? ¿Qué me estás diciendo? ¡Vaya a saber qué desquite o qué desplazamiento había ahí... cómo alguien puede...! Eso fue bestial. Y de ahí todas las locuras, vieja, todas las locuras, de las cuales vos habrás ligado algún fleco, presumo... Ya antes había sido lo del Mundial, ¿no? Esa fue otra que para qué te voy a contar. Mirame a los compatriotas en la Plaza Mayor de Madrid, los exiliados, eufóricos con el campeonato de fútbol en la Argentina. ¡Joder! Ahí había que tener una capacidad muy fuerte para no tirarte al Manzanares o al río más próximo. 0 pegarte un tiro. Qué se yo... Ahí estás en una perspectiva crítica, minoritaria, marginal. Desde ya. ¿Qué vas a hacer, no?. Y después vino lo de la guerra de Malvinas. ¡Otra! En ésa, la izquierda también se metió. Yo estaba en México, entonces, y lo viví muy intensamente. ¡Paaaa!... Te encontrabas con sociólogos de izquierda, como Pepe Nun, que me dijo en su casa: 'David, no pierdas el tren'. Yo le contesté: 'Pepe, ¿y vos tomás el tren para dónde?' Mirá, viejo, esto se cae de la mata, es una manipulación escandalosa y tan evidente. Pero, ¿de qué me estás hablando?."

Años vertiginosos, dice. "Despiadados". Y viene en su recuerdo un libro de Alberto Girri: El tiempo que destruye. O que pone a prueba, reflexiona. "Sobreviví", dice, como concluyendo. Antes, mucho antes, ha hablado de los días en que no quería irse, de la gente que lo eludía por la calle, que se cambiaba de vereda, de voces anónimas que insultaban por teléfono "judio de mierda", de amigos que aconsejaban: "Andate, viejo, no queda otra. ¿O te creés que se van a olvidar de que fuiste asesor de La Patagonia Rebelde? Andate. Ya." Se fue. Julio del '76. En España y en México, un cuerpo desmaterializado, distanciado. "Como el de las putas, ¿no?, que se distancian de su cuerpo". Las manos, nerviosas, trazan un círculo en el aire. Lo cierran. "No hablemos más". Dice que de eso no hablemos más.

­¿Qué pasó cuando volviste del exilio?

­ Eso fue en el '83. Y... al volver, tenés que dar examen de ingreso, ganarte espacios, toda esa putada. Desde ya. Tenés un capital simbólico, que es más simbólico que capital. Digo, ¿no?. Y en el otro extremo, Grondona. Imaginate. Grondona en la televisión, donde no hay nadie no digamos crítico, sino levemente rezongón. Hace poco me invitó un muchacho que está en radio, al mediodía, y tiene un apellido portugués. Me empezó a hacer preguntas, pobrecito, yo me daba cuenta. El creyó que iba...que iba de peteneras el asunto. Y empecé a hablar, pero simplemente como hablás en un café, con un minimun de... qué se yo... de estilos tuyos. Pobrecito. Prácticamente decia "ajá, ajá"... y miraba todo el tiempo el reloj como pensando "saquémonos de encima este señor". Y bueno: ahí me las den todas... Desde ya, hay desplazamientos, hay nuevas solicitudes, gente que viene y que por ahi reemplaza a los auditorios consabidos. Elegis tu público. Está claro. El estilo es el hombre al cual uno se dirige ¿no?, la mujer a la cual uno quiere seducir. Ese es tu estilo ¿si? Y optás. Digo, en función del campo de posibilidades que tenés a partir de una determinada práctica, muy concreta, la práctica crítica. Ese lugar, ¿no? No sé si todos los días, pero con mucha frecuencia existe la tentación o la propuesta de reconversión, de instalarte en el sistema. Y... si se trata de acomodarse, por ahí alguna cosita podés ligar. Te jugás a esa mano. Ya. Perfecto. Un mes, dos meses. Al tercer mes, te decís: ¿qué carajo estoy haciendo yo acá?

Al tercer mes. O al cuarto. ¿Se habría hecho esa pregunta Viñas si no hubiera renunciado a la Guggenheim? Se presentó a la beca, se la dieron y después la rechazó. Alboroto en el avispero cultural y chismorreo en los cafés. "Che ¿y a Viñas qué le pasa? ¿Se volvió loco?". Muy pocos aplaudieron el gesto. Ahora, cuando recuerda el episodio, su voz se va instalando en la cólera:

­Mirá, vino a verme un periodista de un diario y me dijo que no entendía. ¡Inolvidable! Estaba ahí, sentado en ese sillón. ¡Qué no entendía! Le dije: "escuchá, es un acto simbólico, yo no tengo otra posibilidad, yo no estoy diciendo que todos los tipos que recibieron una beca son unos perversos. Desde ya que no. Ademas, me seduce. ¡Hola!, son 25 mil dólares. ¿Sabés lo que eso significa para alguien que ni siquiera es dueño del departamento en que vive?. El fulano siguió. "Pero vos, ¿qué? ¿Te considerás un héroe?", me preguntó. Y yo ahí le digo: "No, mirá, vos me confundís con Garibaldi, yo no juego al héroe. Simplemente es una actitud de un intelectual crítico. ¿Entendés eso?". ¡Qué iba a entender! No era un hecho aislado, no era que de pronto me había picado una ... una tarántula y resolvi tirar 25 mil dólares por la ventana. ¡Nooo! ­dice Viñas, truena, y es un león enjaulado caminando de un lado al otro, topando el aire­ ¡Nooo!... "Y si me apurás un poco, mirá fue un homenaje a mis hijos, se me cantó renunciar porque mataron a mis hijos. Y sí. ¿Querés que me ponga en esos términos? ¿Sabés lo que es que te hayan matado a dos hijos?", le dije al tipo que me vino a ver. ¿Sabés qué significa eso? Hay gente que no entiende, viejo. Ahora, si no entendés, querido, qué se yo, que Dios te ayude. Un homenaje a mis hijos. Me costó 25 mil dólares. Punto. ¿Querés que te muestre las fotos de mis hijos para ver por qué? ­grita Viñas, se ahoga y manotea el aire, las venas del cuello a punto de estallar.

Ha pasado el vértigo. Hay un clima raro ahora, una densidad, un cansancio infinito. Viñas ha vuelto a sentarse, se ha hundido en el sillón, la cabeza echada hacia atrás, los ojos cerrados, la boca amarga. Hay algo frágil en ese rostro habitualmente poderoso. Algo desamparado. Por un largo rato nadie habla. Al fin le pregunto en qué momento decidió renunciar, si hubo un hecho puntual y él contesta que sí, que en el momento en que le otorgaron la Guggenheim salió un artículo de Petras sobre la capitulación de los intelectuales críticos y el papel que habían jugado, en este repliegue, las grandes becas. "Y ahí, no. Me pasé la película de Rodolfo Walsh y dije: no. Fue una réplica, si querés, a lo que decia Petras. Cuando me invitaron a presentarme, por sugerencia de Ricardo Piglia, yo había dudado bastante. Lo fui a ver a Ramón Alcalde, el tipo que intelectualmente respetaba más, y le pregunté: Ramón, ¿qué hago?, ¿acepto o no acepto?. El me respondió: Mirá, dentro de las becas internacionales, ésta es la más irreprochable. No te van a exigir ningún condicionamiento y a vos, que no tenés un mango, te va a venir muy bien". ¿Sabés para qué quería yo la beca?: para terminar un libro que estoy haciendo hace como cinco años y que se llama Erdosain o los intelectuales argentinos. Ese era el proyecto. Desde Lavardén, que fue el primero, hasta Walsh, con una modulación hacia el presente. Grondona y eso. Bueno. Ya. Alguna vez lo terminaré. Ahora, hermana, decime: ¿yo estaba loco, no? ¿Cómo iban a entender mi renuncia cuando las conciencias críticas de este país se habían mandado a guardar? Digo, ¿no?, para poner la cosa en foco.

Para poner la cosa en foco, traigo de vuelta el tema de la domesticación intelectual y le pregunto por los escritores jóvenes:

­¿Qué pasa con los nuevos, David? ¿Cuál es la marca?

­Y... ahí te encontrás con la trivialidad más absoluta. Lo que hablábamos, ¿no? de las luces del centro , la fugacidad del clip, de la historieta. La movida española y toda esa pavada. Desde ya. Yo no he leído los libros de éstos que han aparecido ahora, pero a veces leo lo que escriben en la contratapa de algún diario. Y bueno. ¡Pobrecitos! Yo diría: está bien, querido, viví tu vida, qué se yo, ¿cuál es tu delirio? ¡La movida española! Déle usted. Pero esto pasó siempre, ¿no?, este tipo de gilada, por lo menos. Para no hablar de Aristófanes para acá, o de Moliére para acá, decís: yo a esto me lo sé de memoria. Está bien, viva usted su vida, señor, estamos en otra, usted tiene espacio, accede a la corte, yo no tengo espacio, no accedo a la corte, yo soy un anarco que anda por el mundo. Déle. Yo estoy en otra. Lo que pasa es que... menos mal que no estamos en el siglo XVII, ¿no?, estamos en el XX y quizá sea más complejo el asunto. Pero por lo menos no me van a quemar, por ahora, como a una ...vieja loca y más o menos bruja. Por ahora. Corrés otros riesgos. Desde ya.

­Hay como una pérdida de sentido, ¿no?, una sensación de inutilidad. Digo: para el que postula una reflexión crítica en una época como ésta.

­ ¡Pero cómo! Desánimos, interrogaciones sobre para qué corno el esfuerzo intelectual. Desde ya, todo eso está ahí. El sentido te lo tienen que otorgar los otros, no hay vuelta de hoja. Ahí está la dimensión comunitaria, el punto de partida para la reflexión. No sé de otra. Lógicamente si sos ateo, ¿no? Ahí está la única recuperación posible del sentido. Los otros. Es decir, cómo te manejás en la dimensión personal. Cómo te sostenés, exigís, recomponés, en la relación con otra gente. Es una práctica intelectual que no es fácil. Desde ya. ¡Y cómo!. Digo, ¿no?, porque cuestiona, precisamente, la fragmentación y el borramiento de esa dimensión comunitaria. Y ahí las tenes todas en contra. ¡Joder! Porque la mano, del otro lado, viene muy fuerte. Bueno. Ya. Pero imaginate lo que son las modas. Cuánto duran. Habrá que ver...

Dice, y clava los ojos en la noche, más allá del balcón, donde se abre la ciudad y empieza el mundo; donde están los otros. "No es fácil", repite, con la voz ausente. "Pero hay que hacerse cargo, ¿no?, hacerse cargo.

­ ¿Y eso qué significa?­pregunto, y por alguna razón intuyo que éste será el final del reportaje­. ¿Qué quiere decir hacerse cargo? ­ La solitudine, hermana. Estar solo. Y pensar de vez en cuando en el suicidio. Si un intelectual crítico no piensa en el suicidio, por lo menos una vez al año, entonces no es un intelectual crítico. ¿Está claro?.

miércoles, 13 de febrero de 2008

"De la escuela cínica al cinismo contemporáneo de Sloterdijk" por Adolfo Vásquez Rocca

Recuperación estética del ideario cínico.

La palabra monasterio procede del griego monasterion, de la raíz monos - 'uno sólo', (originariamente todos los monjes cristianos eran ermitaños).

Hoy sin embargo un monasterio es un lugar donde habita uno o varios monjes.

El 10 de agosto de 1557 las tropas de Felipe II vencían en San Quintín a las tropas del rey francés Enrique II. El rey hizo la promesa de que si vencían la batalla levantaría un monasterio en honor del mártir del día, San Lorenzo. Ordenó buscar unos terrenos adecuados para ello y la comisión de búsqueda escogió El Escorial, una localidad de apenas 100 habitantes, por la bondad de sus aguas, la calidad del clima, y la cercanía de las canteras. De este modo, el 23 de abril de 1563 se coloca la primera piedra. A partir de este monasterio se organizaría posteriormente todo un conjunto urbano.

El Monasterio del Escorial está considerado como una de las maravillas del mundo actual, el 2 de noviembre de 1984 la UNESCO lo declaró Monumento de Interés Mundial.

El Monasterio del Escorial fue visitado por el filosofo Adolfo Vásquez Rocca, el 3 de febrero de 1999 con el fin de realizar una acción de arte que escenificaría el pensamiento de la Escuela Cínica clásica, hoy revitalizada por el filósofo alemán Peter Sloterdijk, ubicado en la tradición de Nietzsche y Heidegger, emparentado a la vez con artistas contemporáneos de la sensibilidad de Wim Wenders y Peter Handke. Sloterdijk, autor de la Crítica de la razón cínica [Nota 1], obra cumbre del cinismo contemporáneo, donde, cabe aclarar, el término cínico es empleado en un sentido reconocible desde nuestra habla, un sentido que se encuentra en las antípodas del uso poético, extraño a nuestros oídos, que hacen del mismo los Cínicos griegos. Pese a todo, en un movimiento dialéctico los extremos convergen y se podrá hablar de una común voluntad iconoclasta que entiende que para hablar de suciedad hay que ensuciarse y de esta manera reconocerse como enfermo de su época, intoxicado por la atmósfera que ineludiblemente le rodea. La acción de arte ha contribuido en este sentido a la recuperación del ideario cínico, el de la ruptura con el pacto cívico con una comunidad que aparece inauténtica y perturbada, por lo que se prefiere escapar de la alienación, optando por el camino autárquico (autarkeia) antes que andar embrutecido como el rebaño domesticado, gobernado por las rutinas y convenciones de la gran ciudad.

En esta acción estético-política, la de realizar el registro fotográfico ya descrito, lo que no esta del todo claro es por qué la máquina fotográfica no agregó mayores detalles a su parco registro de un mediodía desolado, donde sobre el filosofó se cernía la amenaza de una manzana emplazada al final del patio de estilo italiano del Palacio de los Austrias, detrás del presbiterio de la basílica, todo dispuesto como en una pintura de Giorgio de Chirico. Es posible que la melancolía de la imagen sólo sea una ilusión de realidad provocada por el carácter precario de la existencia a la cual hemos sido arrojados tras haber querido ser como Dios.


La Escuela Cínica y sus performances.

Los cínicos, curiosa vertiente anarquista, toman como modelo a animales como el perro, de los que adoptan el ejemplo de la autosuficiencia, de ahí su comportamiento ético -bastarse a sí mismo- y su rigurosa disciplina física y mental. Los animales tienen pocas necesidades y se adaptan rápidamente a la situación en que se encuentran.

El hombre, en cambio según Sloterdijk, en una concepción menos romántica, a su vez goza y sufre su ser animal. Los animales viven en un entorno y dependen de un hábitat. El hombre -en cambio- 've la luz del mundo'lo que comporta una 'implicación ontológica'de carácter heideggeriano, la que deriva hiperbólicamente en un excurso por el concepto de 'neotenia' [Nota 2], es decir, del hecho de que el hombre alarga su morfología juvenil y fetal, como efecto secundario de ser un animal que proviene del nido y de la caverna, que actúan como un segundo claustro materno [Nota 3].

Volviendo al ideario cínico clásico, se dirá que este considera que para alcanzar la felicidad es necesario la libertad, la autosuficiencia y el desapego.

Los cínicos no están dispuestos a conceder que la felicidad dependa de cuestiones ajenas a sí mismos, la libertad está en el centro de la forma de pensar cínica, tanto la libertad de acción como la de expresión.

Otra de las características del sabio cínico es el desprecio por el placer, el lujo y la ostentación. A través de este desacato al imperio de la sociedad del 'bienestar'se conquista una independencia existencial y política, donde el individuo cínico no reconoce más normas que las de la propia naturaleza.

El cinismo se constituye como una cáustica mirada a la neurosis y la alienación del emplazamiento humano en la urbe congestionada, frente a lo cual sólo cabe, el retorno a la naturaleza, el retorno a nuestras pulsiones originarias en las que el hombre deviene animal; donde el fetiche de la mercancía, incluso cuando este asume la forma de obra de arte, entendido como objeto mercantil, de transa bursátil, es un dios que no merece ser adorado.

El rechazo del lujo por parte de los cínicos se fundamenta en que se compra a base de sumisión en todas las facetas de la vida, en cambio, la renuncia es recompensada con un bien mayor, la sabiduría práctica y la virtud.

Otra cuestión fundamental para el cinismo era la práctica del ejercicio físico, porque la disciplina (askesis) le fortifica frente a las adversidades imprevistas y aumenta su resistencia a vivir en la intemperie. Acostumbrarse a cuidar se sí mismos, sin criados, seguir dietas sencillas y un vestir simple, fueron los primeros minimalistas.

Utilizaron recursos expresivos diversos donde no faltan la parodia, o la sátira, siempre cuestionadora del establishment. Realizaron las primeras performances. Invalidando la moneda o los valores de cambio en curso. Según la tradición, Diógenes [Nota 4], creador de la Escuela Cínica, se vio obligado a abandonar Sinope, porque con su padre se dedicaron a invalidar monedas, estropeándolas con un punzón. Desterrado de su ciudad natal, tomó el hecho con su ironía habitual: 'Ellos me condenan a irme y yo los condeno a quedarse' [Nota 5].

Relacionado con este asunto se formó la leyenda de que Diógenes fue a consultar al oráculo de Delfos, y recibió como respuesta a su pregunta el enigmático consejo de invalidar la moneda, que se acabó convirtiendo en la consigna cínica, y en metáfora de buena parte de su comportamiento. Lo cual podría ser considerado un antecedente lejano de la importante consigna nietzscheana sobre la transmutación de los valores.

El cinismo es, pues, un movimiento que trata de escandalizar, de develar que lo que se cree normas inamovibles y universales no lo son, sino que estas son meras convenciones sociales, convenios, modas e intereses económicos, muchas veces producto de la más rancia tradición o producto de un consenso mayoritario que oprime a las minorías.

Los cínicos se proclamaban cosmopolitas y rechazaban cualquier tipo de pertenencia, liberados de cualquier obediencia a las instituciones, convenciones o leyes, se consideraban ciudadanos del mundo. En cualquier sitio se encontraban en su casa.
La imperturbabilidad (apatheia) es el ideal del sabio cínico, que vive alejado de todo lo que le produce perturbación o angustia y es capaz de adaptarse con indiferencia a las circunstancias.


Sloterdijk 'Crítica de la razón cínica'.

Desde su monumental Crítica de la razón cínica de 1983, saludada por Jürgen Habermas como el acontecimiento más importante en la historia de las ideas desde 1945, el alemán Peter Sloterdijk se ha impuesto como uno de los pensadores europeos más fecundos e innovadores. De una gran cultura filosófica, llama la atención por la belleza y la fuerza de su lenguaje, su estilo y su tono. Lejos de las rígidas convenciones de la filosofía académica, Sloterdijk enfrenta los problemas de su tiempo con otras armas y otros fines: una prosa clara, consciente de su afinidad con la música, deudora de la 'gran'retórica clásica y de su casi increíble erudición filosófica y literaria. Por ese entonces, Sloterdijk tenía treinta y cinco años. Las armas de un fenomenólogo agudo, atento y perspicaz, que deseaba escribir una 'ontología de nosotros mismos'. Su independencia le lleva, sin reparos, no sólo a mostrar su vasta discrepancia con 'el sueño ilustrado', sino que además a hacer suyas las propuestas de filósofos incómodos y no siempre bienvenidos en Alemania: Nietzsche y Heidegger. Sobre Nietzsche ha escrito El pensador en escena [Nota 6].

Crítica de la razón cínica puede leerse también como una puesta al día de la Dialéctica de la Ilustración de Adorno y Horkheimer. No se trata ya del nihilismo en ascenso, ni la metamorfosis de la razón en nuevo mito ni, mucho menos, del dominio de la razón instrumental lo que Sloterdijk describe y denuncia, sino el cinismo difuso de nuestras sociedades exhaustas. Ese 'nuevo cinismo' que se despliega como una negatividad madura que apenas proporciona un poco de ironía y compasión, pero que finalmente desemboca en la desesperanza. Un cinismo que Sloterdijk define como 'falsa conciencia ilustrada': la de quienes se dan cuenta de que todo se ha desenmascarado y pese a ello no hacen nada, la de quienes se dan cuenta de que la escuela de la sospecha tampoco ha servido de mucho.


Escuela de la sospecha: Marx, Nietzsche y Freud.

La conciencia conservadora dominante es cínica, porque consciente del desenmascaramiento de los grandes relatos ve un peligro de crisis social en la desaparición de las ilusiones religiosas e intenta mantener en pie al menos la fachada del edificio. Por ello es a ésta conciencia, que sabe que no tiene ilusiones y sin embargo las propugna, a la que cabe llamar cínica.

En Crítica de la razón cínica, Sloterdijk presenta pues un discurso ético comprometido, libre de las falacias y espejismos del humanismo 'edificante'y fundado en una antropología filosófica con nuevas perspectivas críticas.

Gustosamente provocador, Sloterdijk practica el arte de dinamitar nuestras certezas. En su última obra traducida al francés -La hora del crimen y el tiempo de la obra de arte-, cuenta así la historia de las hipótesis científicas como la historia -novelada- de una serie de 'vejaciones' hacia las autoilusiones del género humano, e incluso aprovecha el pretexto de una larga digresión sobre el pensamiento de la técnica en Heidegger para notar que nuestra visión sobre Platón no tiene en cuenta la 'ironía' que ésta contiene; y en un último corto ensayo sobre Cioran califica la actitud filosófica de este último como 'revanchismo desinteresado' y explica la calidad de sus textos por su voluntad de 'no condescender con la madurez'. Se comprende que Peter Sloterdijk es un inconformista, lo que -por demás- asegura a su pensamiento una seducción y un estilo particular en el campo intelectual contemporáneo.

Sloterdijk, que ha presentado en España el primer volumen de su trilogía 'Esferas'-en editorial Siruela- no se pregunta ¿quiénes somos?, sino ¿dónde estamos? Una filosofía espacial en la que el autor, un nietzscheano de izquierdas, combina, renovándolas, numerosísimas fuentes, desde Platón hasta Hegel, desde Heidegger hasta Foucault, el psicoanálisis no-freudiano, el eurotaoísmo, la antropología, la biología moderna o el iluminismo tecnológico.

Este es un material en el que el lector no encontrará sólo al pensador que hizo estallar en mil pedazos la herencia de la ilustración y la creencia en el progreso, proclamó el fin del totalitarismo metafísico y la caducidad de la fatiga nihilista para encarar el mundo contemporáneo y abrió una brecha entre los apocalípticos y los entusiastas de las nuevas tecnologías, incluida la genética, sino que también a quien ensaya una teoría de la intimidad, del espacio interior, para explicar su concepción general del mundo y de la historia.

Filósofo complejo como pocos, crítico, polémico, pero sobretodo 'hiperbólico'. Sloterdijk, sin duda requiere un tratamiento en profundidad, el que se espera para una próxima entrega.

Allí, además, se habrá de poner en relación el sentido contemporáneo de lo cínico, propio del tratamiento de Sloterdijk, que es el del sentido habitual, y el de la Escuela cínica clásica, donde el concepto, ya en un sentido filosóficamente acotado, alude más bien a una actitud vital y poética, caracterizada precisamente por la autenticidad de sus posiciones y pensamientos, corrosivos y anti-sistémicos al modo anárquico de las diatribas de Diógenes.





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Nota 1: SLOTERDIJK, Peter, Crítica de la razón cínica, Siruela, Madrid, 2004


Nota 2: La neotenia es el mantenimiento de algunos aspectos de la fase larvaria durante la fase adulta de un animal. Esto suele darse con relativa frecuencia en los Anfibios.


Nota 3: Conferencia de Sloterdijk en caixafòrum, 2003-05-07.


Nota 4: Diógenes, nació en Sínope, en la actual Turquía, en el año 413 a.C. Es el sabio cínico más cautivante, al punto que su figura se ha convertido en una leyenda. Vivía en un tonel. Su aspecto era descuidado y su estilo burlón. Era en extremo transgresor. Platón llegó a decir de él que era 'un Sócrates que se había vuelto loco'.


Nota 5: DIÓGENES LAERCIO, Vidas de los filósofos más ilustres, México, 1984


Nota 6: SLOTERDIJK Peter, El pensador en escena; el materialismo de Nietzsche, Ed. Pre-Textos, Valencia, 2000.



Bibliografía

GARCÍA GUAL, Carlos, La secta del perro. Madrid, 1987.

ACOSTA MÉNDEZ, Eduardo, Filósofos cínicos y cirenaicos. Antología comentada, Barcelona, 1.997.

ARROYO, BAIGORRI, TRAPIELLO, CIFUENTES: ¿Qué es el cinismo?, Barcelona, 1989

DIÓGENES LAERCIO, Vidas de los filósofos más ilustres, México, 1984, Traducción de José Ortiz y Sanz. Diogenis Laertii vitae philosophorum, 2 vol., Bibl. Ox., Oxford, 1964.

DE SAMOSATA, Luciano: Diálogos fantásticos; Menipo.

GIANNANTONI, G., Socratis et Socraticorum Reliquiae, IV tomos.

SLOTERDIJK, Peter: Crítica de la razón cínica, (2 tomos), Ed. Siruela, Madrid, 2003.

"Entrevista a Peter Sloterdijk" por Fabrice Zimmer

Introducción Adolfo Vásquez Rocca

Sloterdijk “Crítica de la razón cínica”.


Presentamos aquí una entrevista al filósofo alemán Peter Sloterdijk, ubicado en la tradición de Nietzsche y Heidegger, emparentado a la vez con artistas contemporáneos de la sensibilidad de Wim Wenders y Peter Handke. Sloterdijk, autor de la Crítica de la razón cínica1, obra fundacional del cinismo contemporáneo.

Los cínicos, curiosa vertiente anarquista, toman como modelo a animales como el perro, de los que adoptan el ejemplo de la autosuficiencia, de ahí su comportamiento ético –bastarse a sí mismo– y su rigurosa disciplina física y mental. Los animales tienen pocas necesidades y se adaptan rápidamente a la situación en que se encuentran.

El hombre, en cambio según Sloterdijk, en una concepción menos romántica, a su vez goza y sufre su ser animal. Los animales viven en un entorno y dependen de un hábitat. El hombre -en cambio- "ve la luz del mundo" lo que comporta una "implicación ontológica" de carácter heideggeriano, la que deriva hiperbólicamente en un excursus por el concepto de "neotenia" –mantenimiento de algunos aspectos de la fase larvaria durante la fase adulta de un animal–2, es decir, del hecho de que el hombre alarga su morfología juvenil y fetal, como efecto secundario de ser un animal que proviene del nido y de la caverna, que actúan como un segundo claustro materno3.

Desde su monumental Crítica de la razón cínica de 1983, saludada por Jürgen Habermas como el acontecimiento más importante en la historia de las ideas desde 1945, el alemán Peter Sloterdijk se ha impuesto como uno de los pensadores europeos más fecundos e innovadores. De una gran cultura filosófica, llama la atención por la belleza y la fuerza de su lenguaje, su estilo y su tono. Lejos de las rígidas convenciones de la filosofía académica, Sloterdijk, enfrenta los problemas de su tiempo con otras armas y otros fines: una prosa clara, consciente de su afinidad con la música, deudora de la “gran” retórica clásica y de su casi increíble erudición filosófica y literaria. Por ese entonces, Sloterdijk tenía treinta y cinco años. Las armas de un fenomenólogo agudo, atento y perspicaz, que deseaba escribir una “ontología de nosotros mismos”. Su independencia le lleva, sin reparos, no sólo a mostrar su vasta discrepancia con “el sueño ilustrado”, sino que además a hacer suyas las propuestas de filósofos incómodos y no siempre bienvenidos en Alemania: Nietzsche y Heidegger. Sobre Nietzsche ha escrito El pensador en escena4.

Sloterdijk en su Crítica… pretende hacer una reivindicación del otro cinismo, del original y clásico, frente al de hoy, con el que no guarda más relación que la antinomia, un cinismo entendido de modo usual y corriente, que comporta una falsa conciencia ilustrada. El de Sloterdijk es un libro de horizontes más amplios, y que tematiza el iconoclasta ideario de la transgresión.

Es así como Crítica de la razón cínica puede leerse también como una puesta al día de la Dialéctica de la Ilustración de Adorno y Horkheimer. No se trata ya del nihilismo en ascenso, ni la metamorfosis de la razón en nuevo mito ni, mucho menos, del dominio de la razón instrumental lo que Sloterdijk describe y denuncia, sino el cinismo difuso de nuestras sociedades exhaustas. Ese “nuevo cinismo” que se despliega como una negatividad madura que apenas proporciona un poco de ironía y compasión, pero que finalmente desemboca en la desesperanza. Un cinismo que Sloterdijk define como “falsa conciencia ilustrada”: la de quienes se dan cuenta de que todo se ha desenmascarado y pese a ello no hacen nada, la de quienes se dan cuenta de que la escuela de la sospecha tampoco ha servido de mucho.

La conciencia conservadora dominante es cínica, porque consciente del desenmascaramiento de los grandes relatos ve un peligro de crisis social en la desaparición de las ilusiones religiosas e intenta mantener en pie al menos la fachada del edificio. Por ello es a ésta conciencia, que sabe que no tiene ilusiones y sin embargo las propugna, a la que cabe llamar cínica.

En Crítica de la razón cínica, Sloterdijk presenta pues un discurso ético comprometido, libre de las falacias y espejismos del humanismo “edificante” y fundado en una antropología filosófica con nuevas perspectivas críticas.

Gustosamente provocador, Sloterdijk practica el arte de dinamitar nuestras certezas. En su última obra traducida al francés –La hora del crimen y el tiempo de la obra de arte–, cuenta así la historia de las hipótesis científicas como la historia –novelada- de una serie de "vejaciones" hacia las autoilusiones del género humano, e incluso aprovecha el pretexto de una larga digresión sobre el pensamiento de la técnica en Heidegger para notar que nuestra visión sobre Platón no tiene en cuenta la "ironía" que ésta contiene; y en un último corto ensayo sobre Cioran califica la actitud filosófica de este último como "revanchismo desinteresado" y explica la calidad de sus textos por su voluntad de "no condescender con la madurez". Se comprende que Peter Sloterdijk es un inconformista, lo que –por demás- asegura a su pensamiento una seducción y un estilo particular en el campo intelectual contemporáneo.

Sloterdijk, que ha presentado en España el primer volumen de su trilogía "Esferas" –en editorial Siruela- no se pregunta ¿quiénes somos?, sino ¿dónde estamos? Una filosofía espacial en la que el autor, un nietzscheano de izquierdas, combina, renovándolas, numerosísimas fuentes, desde Platón hasta Hegel, desde Heidegger hasta Foucault, el psicoanálisis no-freudiano, el eurotaoísmo, la antropología, la biología moderna o el iluminismo tecnológico.

Este es un material en el que el lector no encontrará sólo al pensador que hizo estallar en mil pedazos la herencia de la ilustración y la creencia en el progreso, proclamó el fin del totalitarismo metafísico y la caducidad de la fatiga nihilista para encarar el mundo contemporáneo y abrió una brecha entre los apocalípticos y los entusiastas de las nuevas tecnologías, incluida la genética, sino que también a quien ensaya una teoría de la intimidad, del espacio interior, para explicar su concepción general del mundo y de la historia.

Filósofo complejo como pocos, crítico, polémico, pero sobretodo "hiperbólico". Sloterdijk, sin duda requiere un tratamiento en profundidad, el que se espera para una próxima entrega.

Allí, además, se habrá de poner en relación el sentido contemporáneo de lo cínico, propio del tratamiento de Sloterdijk, que es el del sentido habitual del término, y el de la Escuela cínica clásica, donde el concepto, ya en un sentido filosóficamente acotado, alude más bien a una actitud vital y poética, caracterizada precisamente por la autenticidad de sus posiciones y pensamientos, corrosivos y anti-sistémicos al modo anárquico de las diatribas de Diógenes.


Adolfo Vásquez Rocca. Doctor en Filosofía.




¿Cómo interpreta usted el hecho de que se vuelva otra vez a hablar de utopía?

Peter SLOTERDIJK: Debo confesar que me he sentido bastante sorprendido al ver, en las librerías de París, la cantidad de nuevas obras sobre el tema. Ahora bien, la vida temática de una sociedad es un síntoma importante de su estado. En los temas que se propone una sociedad se expresan lo que Ernst Bloch denominaba "sueños despiertos", ¿De qué se trata, pues? ¿De un ritual de adiós? ¿De una renovación? Para empezar recordaría que la utopía fue en principio un género literario, una forma de apropiarse de lo lejano. Y ese modo de apropiación de un mundo lejano fue la manera como los europeos, alrededor de los siglos XVI y XVII efectuaron lo que Carl Schmitt denominó su Weltnahme su "toma del mundo". La utopía fue la forma mental, literaria y retórica de un cierto colonialismo occidental imaginario: nos ha servido a la vez para proyectar la realidad exterior de nuestra sociedad sobre nuestro imaginario y para exteriorizar nuestros sueños interiores sobre lugares alejados. En este sentido constituye un elemento esencial de nuestra "toma del mundo" - por "nuestra" entiendo la de Occidente; es un "nuestro" local, no un "nuestro" afirmativo.

Es, pues, interesante preguntarse como una noción tal pudo salir de la retórica para entrar en el lenguaje corriente, y, también, naturalmente, en que condiciones ha podido asumir un significado positivo; por qué hemos acabado adoptando con tal propósito un nuevo juego de lenguaje. Porque hace todavía veinte años, la utopía representaba una noción muy problemática: a ojos de las clases medias, burguesas o conservadoras, la palabra contenía sobretodo el reproche de haber faltado al respecto a la "realidad". Pero hoy tiene, más bien, la tonalidad positiva de eso que antes expresaba la palabra "sueño".

Personalmente, pienso que el uso contemporáneo del término "utopía" refleja, de entrada, el éxito social del psicoanálisis. Hacia el fin de su vida, Ernst Bloch, que contribuyó mucho en la carrera "hacia lo alto" del término decía, por su parte, que si el concepto de utopía había dejado de constituir un reproche o un insulto, era debido al hecho que él había reconstituido el trabajo del sueño colectivo del género humano a través de esta categoría. Bloch distinguía entre por una parte los sueños nocturnos, los sueños regresivos, los sueños que no llevan a ningún sitio; y por otra, los sueños que tienen razón. En él, la antítesis realidad-irrealidad se ve, pues, reemplazada por un campo tripolar donde surgía un valor intermedio que se inserta entre lo real y lo irreal. Ese valor intermedio es lo que él llamaba la "tendencia" y Popper la "propensión": hay irrealidades portadoras de realidades; y en el soñar despierto, que es el que nos conduce al porvenir, se puede ya esbozar lo que pude acontecer.

Acaba usted de hacer en cierta manera la arqueología de la noción actual de utopía Pero, hoy, para retomar sus palabras, ¿nos hallamos en presencia de un resurgimiento verdadero de dicha noción o de una constatación disimulada de su muerte, de un ritual de adiós?

Peter SLOTERDIJK: El nuevo discurso sobre la utopía me parece que refleja también un cambio importante que se ha producido en el interior de la comunidad psicoanalítica o de la que se interesa por la psicología llamada "de las profundidades": nos comenzamos a dar cuenta de que, finalmente, no es el inconsciente quien va a salvarnos. Ésta ha sido, en efecto, una de las grandes utopías de nuestro siglo, pensar que el descenso a los infiernos de nuestros deseos escondidos podría liberar un flujo de energías productivas que nos llevaría hacia un porvenir más claro. Pero, ahora, nos parece que más bien es necesario esforzarse por crearse un inconsciente a la altura de nuestras preguntas. Porque la banalidad de nuestro inconsciente es tan evidente y la esterilidad del tipo de sueños que gotean de él se ha vuelto tan obvia, que necesitamos recurrir a otro mecanismo psicológico anterior al psicoanálisis. A partir de entonces se piensa, remontando la evolución histórica, y se reencuentra la hipnosis. La utopía es, precisamente, esa función autohipnótica, a través de la cual el individuo moderno, y sobre todo el grupo moderno, reencuentra una motivación, una fuerza motivadora universal.

Si le he comprendido bien, la utopía actual debe ser leída, ante todo, como una voluntad consciente de utopía.

Peter SLOTERDIJK: Eso es. De la misma manera que el psicólogo pragmatista americano William James hablaba, a propósito de la fe, de un will to belive, de una "voluntad de creer" que ya no es la buena y vieja fe religiosa, ni el cinismo estratégico de los ideólogos o de los diseñadores de publicidad, sino una nueva sabiduría consistente en gestionar la propia vida dándonos cuenta que la reserva de energía e ilusión sobre la que reposamos no es infinita, también hemos entrado, por lo que concierne a la utopía y de una manera absolutamente lúcida, en el reino de una autohipnosis consciente. El inconsciente clásico había sido representado bajo la forma de una infinita subjetividad, como una fuente infinita que nos alimentaba de energías inagotables. Pero ahora descubrimos que ése no es del todo el caso. Nuestro tema principal no es el deseo, es la fatiga. Dicho de otra manera, la finitud del deseo deviene nuestra evidencia primera. Baudelaire, por lo demás, había percibido muy bien ese agotamiento des de fines del siglo XIX: frente a la antiutopía de nuestra vida cotidiana en las ciudades, solamente el arte nos permite escapar a esa situación de fatiga. Ese es el credo del intelectual moderno…

La utopía, así concebida, difiere profundamente de lo que era antes…

Peter SLOTERDIJK: Efectivamente. Es una utopía que ha perdido su inocencia, que ha entrado en la época de la psicología reflexionante. Ya no se opera un descenso al inconsciente del siglo XIX; se fabrica un inconsciente artificial para motivarse uno mismo. Se podría casi decir que hay una especie de nuevo maquinismo humano, porque hemos comprendido que nuestros motores habituales no nos proporcionan suficiente energía y como hoy todos estamos obligados a mostrar que nuestra máquina gira más deprisa que las otras, descubrimos que la utopía puede ser, al mismo tiempo motor y gasolina y que nos permite participar, a nuestra manera, en esa carrera a la felicidad que está en la base de la vida americana desde Jefferson.

Se trata, pues, de una utopía en alguna manera, "construida”…

Peter SLOTERDIJK: Las utopías no emanan ya, en efecto, del interior de las personas, sino de fuera de ellas. Este tipo de utopías -si se quiere mantener el nombre- conduce, por lo demás, a una nueva situación social, en que las utopías colectivas se ven reemplazadas por utopías individuales. Y la utopía individual tiene otro nombre menos bello pero también muy eficaz: el éxito. Es necesario preguntarse si la cuestión de las utopías no es simplemente más que el seudónimo actual de esa búsqueda radical, radicalizada, de nuestro tiempo: la caza del éxito. Eso plantea, por lo demás, la cuestión crucial de saber que deviene la utopía de la sociedad solidaria en una sociedad que, precisamente, se quiere, ahora mismo, regida por esa tendencia a la des-solidarización. Porque todo ocurre como si la sociedad estuviese cambiando de estado de agregación. Como el agua que, bajo el efecto del calor, pasa de hielo a estado líquido y después a vapor, algo comparable se produce actualmente en la sociedad: pasando al estado de evaporación, sus partículas elementales se liberan. Me parece que se trata de una tendencia innegable del tiempo presente: los lazos y los valores se redefinen hoy en una tendencia a la inestabilidad creciente…

Me parece que lo que dice se ejemplifica bastante bien, en Francia, en la nueva ruptura que aparece entre quienes han hecho la elección de la mundialización neoliberal y tienen éxito en ello, y los otros, los que no llegan a hacerse con la nueva idea central de la modernidad.

Peter SLOTERDIJK: No conozco suficientemente bien la situación francesa como para incidir en este punto. Pero lo que me dice parece verosímil. En ese caso, casi deberíamos concluir que la utopía es el sueño de los perdedores. .. Esto sería la traducción de su discurso del resentimiento contra la "realidad". Dicho esto, si esto es verdad, no habría que reírse de un discurso tal, sino más bien preguntarse cómo se pueden disminuir los estragos causados por esas proposiciones aberrantes sobre la situación del mundo. Porque no tenemos ninguna garantía de hacer el bien a las personas cuando se colabora en su resentimiento. Normalmente, el intelectual no está ahí para hacerse cómplice de las máquinas de ilusiones que dan vueltas a los individuos. Tiene que haber, teóricamente, algo mejor a hacer contra la "realidad". Pero después hemos aprendido algo más sobre la psicología humana. Si, por lo demás, hubiésemos comprendido que la desnuda desilusión no es siempre un medio legítimo de comunicación con quienes tienen necesidad de ilusiones, el papel del intelectual habría cambiado hace tiempo. La estrategia del desvelamiento se habría substituido por una actitud más terapéutica, apta para no empujar a los perdedores de quienes usted me hablaba antes a las relaciones malsanas. ¿Qué es finalmente el fascismo sino la política del resentimiento en estado puro? Para evitar que se desarrollen las corrientes micro y macro fascistas que existen en la sociedad, sería necesario que el intelectual se convirtiese a otra manera de hacer y de pensar; que acepte su responsabilidad social que consiste en impedir que los decepcionados adopten la política de lo peor. Eso es todo lo contrario a lo que se ha visto hasta ahora y todavía recientemente en Austria con el ascenso de Jörg Haider. Hace doce años que voy con regularidad a Austria y hace doce años, Heider era no más que un pequeño político de provincias, ciertamente elocuente pero tímido, timorato, sin importancia ni porvenir. Y fue la izquierda cristiana quien, conduciendo una especie de campaña electoral permanente contra él, a través de una estrategia absolutamente idiota de diabolización, le entregó su energía, fabricó su nuevo poder. El ascenso de Haider es, pues, un ascenso irresistible en las condiciones de la ingenuidad, pero absolutamente resistible desde el momento en que se salga lúcidamente de una lógica maniquea, de una visión paranoica del mundo.

Un cambio tal implicaría también una nueva manera de construir las utopías sociales, ya no, como antes, partiendo de un sueño personal que a continuación uno se esfuerza por hacerlo "descender" a la realidad; si no intentando hacerlas surgir de abajo, a partir de las tensiones sociales concretas.

Peter SLOTERDIJK: Efectivamente, si la utopía social se confunde con la necesidad de construcción de lazos sociales, con la energía capaz de garantizar la coherencia del grupo, no veo otro medio, si se elimina éste, reactivo, de la paranoia para construir un proyecto común, que hacerlo surgir de las tensiones de la sociedad. No sé si conoce el hermoso librito del ingeniero, utopista y arquitecto americano Buckminster Fuller que lleva por título Manual para gestionar la nave espacial Tierra, pero es exactamente la solución a que llega. Proponía el concepto de una nueva arquitectura, de un nuevo modelo o de paradigma de coherencia constructiva a través de lo que llamaba "tensintegridades", un híbrido construido por el elemento tensión y el elemento integridad. Las "tensintegridades" son arquitecturas en que el conjunto se aguanta por la sinergia de elementos que en el fondo no están juntos. Las fuerzas que quieren crear el hundimiento del sistema son los que, de alguna manera, lo mantienen en pie.

Es una versión positiva de la observación crítica de Baudrillard según la cual, en la sociedad actual, todo lo que está "contra" acaba por asegurar la permanencia del "por".

Peter SLOTERDIJK: En un cierto sentido, sí. Excepto que en lo que digo no hay de ninguna manera una noción deceptiva, que era propia de los años sesenta, según la cual, se haga lo que se haga, siempre se encuentra "en" el sistema. Pertenezco a una generación que ha definido la utopía como lo que se extrae forzosamente de lo que existe. Era un concepto casi ontológico de la utopía. Pero esa actitud conduce directamente al angelismo o la esquizofrenia. Porque el esquizofrénico es exactamente el que encuentra en la imposibilidad de participar. En el esquizofrénico la reflexión y el sentimiento de no-pertenencia provienen siempre del rechazo a eso que Cioran llamaba "la tentación de existir", porque la tentación de existir se confunde naturalmente también con la tentación de participar. El esquizofrénico no participa porque su lucidez no le permite entrar en el juego. Pero ya no estamos en el tiempo de esa esquizofrenia iluminada: estaríamos más bien en la de los jugadores. Por primera vez permitimos a la realidad de alguna manera hacernos "un hijo por la espalda". Era una metáfora que, como sabe, gustaba a Deleuze pero me parece particularmente exacta: la nueva situación consiste en que, en vez de encerrarnos en un rechazo heroico, en la armadura eterna de nuestros principios, de nuestras reglas morales, aceptamos desde ahora, constituirnos por la realidad. Descubrimos, además, que esa realidad no es siempre la violadora que denunciábamos antaño. No es tan tonta como para eso. Nos acaricia, nos halaga. Tiene también su ironía. Por lo demás, mientras continuemos en una lógica de dos elementos, solamente la ironía podrá salvarnos, porque en el ámbito de la proposición, el hecho es que estamos condenados a escoger entre un sí o un no. En resumen, estamos perdidos. A la espera de una lógica formal rigurosa pero de diversos valores, son las modalidades del espíritu de humor las únicas que pueden liberarnos de la tentación paranoica de nuestras opiniones -a menos, naturalmente, que tomemos la opción de escoger sistemáticamente la actitud positiva en una lógica bivalente cerrada y de disfrutarlo; que no es otra cosa que la definición de sadismo.


Entrevista con Fabrice Zimmer Publicada en Magazine Littéraire, mayo de 2001. Traducción del francés de Ramón Alcoberro


1 SLOTERDIJK, Peter, Crítica de la razón cínica, Siruela, Madrid, 2004

2 Esto suele darse con relativa frecuencia en los Anfibios.

3 Conferencia de Sloterdijk en caixafòrum, 2003-05-07.

4 SLOTERDIJK Peter, El pensador en escena; el materialismo de Nietzsche, Ed. Pre-Textos, Valencia, 2000.

"EL CANDIDATO REPUBLICANO" por Fidel Castro Ruz

Fidel Castro Ruz se ve en la obligación de hacer un análisis detallado del aspirante a la presidencia de los Estados Unidos por el Partido Republicano, John McCain, con el objetivo de replicar «a partir de consideraciones éticas» su acusación sobre supuestos agentes cubanos que se dedicaban a torturar a prisioneros norteamericanos en Viet Nam


Estas reflexiones se explican por sí mismas.

En el ya famoso supermartes, un día de la semana en que numerosos Estados de la Unión seleccionaban el candidato a la Presidencia de Estados Unidos de su preferencia, dentro de un grupo de aspirantes, uno de los posibles candidatos para sustituir a George W. Bush podía ser John McCain. Por su imagen prediseñada de héroe y su alianza con fuertes contendientes como el ex gobernador de Nueva York, Rudy Giuliani, otros aspirantes ya le habían cedido gustosamente su apoyo. La intensa propaganda de factores sociales, económicos y políticos de gran peso en su país, y su estilo de actuación lo convertían en el candidato con más posibilidades. Sólo la extrema derecha republicana, representada por Mitt Romney y Mike Huckabee, inconforme con algunas concesiones intrascendentes de McCain, le hacían todavía resistencia el 5 de febrero. Después Romney también depuso la aspiración en favor de McCain. Huckabee la mantiene.

La lucha por el candidato es en cambio muy reñida en el Partido Demócrata. Aunque, como es habitual, una parte activa de la población de Estados Unidos con derecho a votar suele ser minoritaria, se escuchan ya todo tipo de opiniones y conjeturas sobre las consecuencias que tendrá para el país y el mundo el resultado final de la contienda electoral, si la humanidad escapa de las aventuras bélicas de Bush.

No me corresponde hablar de la historia de un candidato a la Presidencia de Estados Unidos. Jamás lo hice. Tal vez no lo habría hecho nunca. ¿Por qué esta vez?

McCain afirmó que algunos compañeros suyos fueron torturados por agentes cubanos en Viet Nam. Sus apologistas y expertos en publicidad suelen enfatizar que el propio McCain sufrió tales torturas por parte de los cubanos.

Espero que los ciudadanos de Estados Unidos comprendan que me vea obligado al análisis detallado de este candidato republicano y le replique. Lo haré a partir de consideraciones éticas.

En el expediente de McCain consta que fue prisionero de guerra en Viet Nam desde el 26 de octubre de 1967.

Como él mismo cuenta, tenía entonces 31 años y llevaba a cabo la misión de ataque número 23. Su avión, un A4 Skyhawk, fue interceptado sobre Hanoi por un cohete antiaéreo. Debido al impacto, perdió el control y se catapultó, cayendo sobre el lago Truc Bach, en medio de la ciudad, con fracturas en los dos brazos y una rodilla. Una multitud patriótica, al ver caer a un agresor, lo recibió con hostilidad. El propio McCain expresa su alivio en aquel momento al ver llegar a un pelotón del ejército.

El bombardeo a Viet Nam, iniciado en 1965, era un hecho conmocionante para la opinión internacional, muy sensibilizada con los ataques aéreos de la superpotencia contra un pequeño país del Tercer Mundo, que había sido convertido en colonia de Francia a miles de millas de la distante Europa. El pueblo de Viet Nam luchó contra los ocupantes japoneses durante la Segunda Guerra Mundial y, ya finalizada esta, de nuevo Francia retomó el control. Ho Chi Minh, el líder modesto y querido por todos, y Nguyen Giap, su jefe militar, eran personajes admirados internacionalmente. La famosa Legión Francesa estaba derrotada. Para tratar de evitarlo, las potencias agresoras estuvieron a punto de usar el arma nuclear en Diên Biên Phu.

Ante la opinión pública norteamericana, los nobles anamitas, como cariñosamente los llamó José Martí, de cultura y valores milenarios, debían ser presentados como un pueblo bárbaro e indigno de existir. En materia de suspense y publicidad comercial, nadie les gana a los especialistas de Estados Unidos. La especialidad fue utilizada sin límite alguno para exaltar el caso de los prisioneros de guerra, y en especial el de McCain.

Siguiendo esa corriente, McCain afirmó con posterioridad que el hecho de que su padre fuera Almirante y Comandante en Jefe de las fuerzas estadounidenses en el Pacífico, hizo que la resistencia vietnamita le ofreciera una liberación temprana si reconocía haber cometido crímenes de guerra, lo cual había rechazado alegando que el Código Militar establece que los prisioneros son liberados en el orden que se les captura, y que esto significó cinco años de prisión, golpes y torturas en un área del penal identificada por los norteamericanos como “Hanoi Hilton”.

La retirada final de Viet Nam fue desastrosa. Un ejército de medio millón de hombres entrenados y armados hasta los dientes no pudo resistir el empuje de los patriotas vietnamitas. Saigón, la capital colonial, actual Ho Chi Minh, fue abandonada de forma bochornosa por los ocupantes y sus cómplices, algunos de ellos colgados de los helicópteros. Estados Unidos perdió más de 50 mil valiosos hijos, sin contar los mutilados. Había gastado 500 mil millones de dólares en aquella guerra sin impuestos, siempre de por sí desagradables. Nixon renunció unilateralmente a los compromisos de Bretton Woods y creó las bases de la actual crisis financiera. Todo lo que lograron fue un candidato para el Partido Republicano, 41 años después.

McCain, uno de los numerosos pilotos norteamericanos derribados y heridos en las guerras declaradas o no de su país, fue condecorado con la Estrella de Plata, la Legión de Mérito, la Cruz de Aviación por servicio distinguido, la Estrella de Bronce y el Corazón Púrpura.

Una película para televisión basada en sus memorias sobre las experiencias como prisionero de guerra fue transmitida en el Memorial Day de 2005 y se hizo famoso por sus videos y discursos en torno al tema.

La peor afirmación que hizo en relación con nuestro país fue que interrogadores cubanos habían torturado sistemáticamente a prisioneros norteamericanos.

Ante las alucinantes palabras de McCain, me interesé por el asunto. Quise saber de dónde venía tan extraña leyenda. Pedí se buscasen los antecedentes de la imputación. Me informaron existía un libro muy promovido, basado en el cual se hizo la película, escrito por McCain y su asesor administrativo en el Senado, Mark Salter, que continúa laborando y redactando con él. Solicité fuera traducido textualmente. Se llevó a cabo, como en otras ocasiones, por personal calificado en breve tiempo. Título del libro: Faith of My Fathers, 349 páginas, publicado en 1999.

Su acusación contra los revolucionarios internacionalistas cubanos, utilizando el sobrenombre Fidel para identificar a uno de ellos capaz de “torturar a un prisionero hasta la muerte”, carece de la más mínima ética.

Me permito recordarle, señor McCain: Los mandamientos de la religión que usted practica prohíben la mentira. Los años de prisión y las heridas que recibió como consecuencia de sus ataques a Hanoi no lo excusan del deber moral de la verdad.

Hay hechos que debemos hacerle conocer. En Cuba se llevó a cabo una rebelión contra un déspota que el gobierno de Estados Unidos impuso al pueblo de Cuba el 10 de marzo de 1952, cuando usted estaba a punto de cumplir 16 años, y el gobierno republicano de un militar ilustre, Dwight D. Eisenhower ―quien fue por cierto el primero en hablar del complejo militar industrial―, reconoció y apoyó de inmediato aquel gobierno. Yo era un poco mayor que usted, cumpliría en agosto, mes en que usted también nació, 26 años. No había finalizado Eisenhower todavía su período presidencial, iniciado en la década de 1950, algunos años después de la fama adquirida por el desembarco aliado en el norte de Francia, con el apoyo de 10 mil aviones y las más poderosas fuerzas navales hasta entonces conocidas.

Se trataba de una guerra, formalmente declarada por las potencias que enfrentaban a Hitler, iniciada sorpresivamente por los nazis, que atacaron sin aviso ni declaración de guerra previa. Un nuevo estilo de provocar grandes matanzas se impuso a la humanidad.

En 1945 se utilizaron contra la población civil de Hiroshima y Nagasaki dos bombas de alrededor de 20 kilotones cada una. Visité una vez la primera de aquellas ciudades.

En la década de 1950 el gobierno de Estados Unidos llegó a construir tales armas de ataque nuclear, que una de ellas, el MR17, llegó a pesar 19,05 toneladas y medía 7,49 metros, la cual podía transportar en sus bombarderos y desencadenar una explosión de 20 megatones, equivalente a mil bombas como la que lanzó sobre la primera de aquellas dos ciudades el 6 de agosto de 1945. Es un dato que haría enloquecer a Einstein quien, en medio de sus contradicciones, no pocas veces expresó remordimientos por el arma que, sin pretenderlo, ayudó a fabricar con sus teorías y descubrimientos científicos.

Cuando la Revolución en Cuba triunfa el Primero de Enero de 1959, casi 15 años después del estallido de las primeras armas nucleares, y proclama una Ley de Reforma Agraria basada en el principio de soberanía nacional, consagrado por la sangre de los millones de combatientes que murieron en aquella guerra, la respuesta de Estados Unidos fue un programa de hechos ilegales y atentados terroristas contra el pueblo cubano, suscritos por el propio presidente de Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower.

El ataque por Bahía de Cochinos se produjo siguiendo instrucciones precisas del Presidente de Estados Unidos y los invasores fueron escoltados por unidades navales, incluido un portaaviones de ataque. El primer asalto aéreo con aviones B-26 del gobierno norteamericano que partieron de bases clandestinas, se produjo de forma sorpresiva, con el empleo de insignias cubanas para presentarlo a la opinión mundial como una sublevación de la Fuerza Aérea nacional.

Usted acusa a los revolucionarios cubanos de ser torturadores. Lo exhorto seriamente a que presente uno solo de los más de mil prisioneros capturados en los combates de Playa Girón que haya sido torturado. Yo estaba allí, no protegido en un lejano puesto general de mando. Capturé personalmente, con algunos ayudantes, numerosos prisioneros; pasé delante de escuadras armadas, todavía ocultas tras la vegetación del bosque, que se paralizaron por la presencia del Jefe de la Revolución en el lugar. Lamento tener que mencionar esto, que puede parecer un autoelogio, lo cual sinceramente detesto.

Los prisioneros eran ciudadanos nacidos en Cuba organizados por una poderosa potencia extranjera para luchar contra su propio pueblo.

Usted se confiesa partidario de la pena capital para los delitos muy graves. ¿Qué actitud habría asumido frente a tales actos? ¿A cuántos habría sancionado por esa traición? En Cuba se juzgaron varios de los invasores, que habían cometido con anterioridad, bajo órdenes de Batista, horrendos crímenes contra los revolucionarios cubanos.

Visité a la masa de prisioneros de Bahía de Cochinos, como llaman ustedes a la invasión de Girón, más de una vez, y conversé con ellos. Me gusta conocer las motivaciones de los hombres. Mostraban asombro y expresaban reconocimiento por el respeto personal con que se les trató.

Usted debiera saber que, mientras se negociaba la liberación mediante indemnización con alimentos para niños y medicamentos, el gobierno de Estados Unidos organizaba planes de asesinato contra mí. Consta en los escritos de personas que participaron en la negociación.

No me referiré en detalle a la larga lista de cientos de intentos de asesinato contra mi persona. No se trata de inventos. Es lo declarado en documentos oficiales divulgados por el gobierno de Estados Unidos.

¿Qué ética subyace en tales hechos, defendidos por usted con vehemencia como cuestión de principios?

Trataré de ir a fondo sobre esos temas.



Uno de los órganos de prensa más hostiles de Estados Unidos respecto a Cuba, con sede en la Florida, relata los hechos de la siguiente forma:
"Aprovechándose de las negociaciones para liberar a los prisioneros de Bahía de Cochinos, la CIA trató de utilizar a una persona clave en las conversaciones, el abogado estadounidense James B. Donovan para que entregara un regalo mortal a Fidel Castro: un traje de neopreno contaminado con un hongo que lacera la piel, y un dispositivo para respirar bajo el agua contaminado con tuberculosis... El líder cubano recibió el equipo en noviembre de 1962.
"Esta revelación es una de las muchas anécdotas que aparecen en el libro After the Bay of Pigs (Después de la Bahía de Cochinos), que trata de las negociaciones sostenidas entre el Comité de Familiares para la Liberación de los Prisioneros y el gobierno cubano, de abril a diciembre de 1962.
"El libro de 238 páginas, publicado a finales del año pasado, fue escrito por el exiliado cubano Pablo Pérez Cisneros con la colaboración del empresario John B. Donovan, hijo del ya fallecido negociador, y Jeff Koenreich, un miembro veterano de la Cruz Roja que promovió misiones humanitarias entre Estados Unidos y Cuba.
"Pérez Cisneros es hijo de Berta Barreto de los Heros, quien fuera la coordinadora del Comité de Familiares en Cuba e intercediera ante Castro para el canje de los 1,113 prisioneros de la fallida invasión de abril de 1961.
"Barreto de los Heros comenzó el libro, pero murió en marzo de 1993. Su hijo, quien realizó investigaciones durante 8 años y completó el libro, fue la persona que compró el traje de neopreno y el equipo de buceo a finales de 1962, sin saber que ambos eran para Castro.
"En junio de 1962, Pérez Cisneros visitó por primera vez la oficina de James B. Donovan en Brooklyn para solicitar su intervención en las negociaciones con Cuba. El organizador de la reunión fue Robert W. Kean, hijo de un ex congresista y cuñado de Joaquín Silverio, quien estaba en prisión y era miembro de la Brigada 2506. Donovan acordó trabajar para el Comité de Familiares de forma gratuita.
"Dos meses después, Donovan dio su primer viaje a La Habana, de los 11 que realizó para la mediación con el gobierno de Cuba.
"Cuando Donovan regresa a Cuba en octubre de 1962, Castro le dice que necesita un equipo de buceo y un traje de neopreno para bucear. ‘Es entonces cuando Donovan me dice que quiere conseguir un equipo de buena calidad para una persona, pero sin decirme que era para Castro’, declaró Pérez Cisneros al periódico El Nuevo Herald en una entrevista para ampliar la información sobre el caso.
"Pérez Cisneros, otrora campeón de pesca submarina en Cuba, compró un traje de neopreno de 130 dólares y un equipo de buceo por 215 dólares en una conocida tienda de Times Square en Nueva York.
"Castro los recibió en noviembre de 1962 y unas semanas después, en otro de los viajes de Donovan, el Presidente cubano le dijo al abogado que los había utilizado"
"Solo unos meses después de finalizadas las negociaciones, Pérez Cisneros conoció todos los detalles sobre la historia real:
"Durante la Segunda Guerra Mundial, James Donovan trabajó para la Oficina de Servicios Estratégicos que antecedió a la CIA. Posteriormente fue designado como uno de los fiscales en los juicios de los criminales de guerra nazis en Nuremberg. En febrero de 1962 fue el mediador principal del intercambio de agentes espías más espectacular de la guerra fría, el canje del coronel ruso Rudolf Abel por los estadounidenses Frederick Prior y Gary F. Powers, piloto de U-2 que había sido capturado.
"Cuando Donovan informó a la CIA que Castro había solicitado un equipo de buceo, la agencia estadounidense le dijo que se encargaría de ese asunto. Sin embargo, el abogado no aceptó involucrarse en la propuesta de contaminar el traje de neopreno y el equipo de buceo, por lo que prefirió darle a Castro el equipo comprado en Times Square.
"En mayo de 1963, Castro invitó a Donovan y al abogado John E. Nolan, quien representaba al entonces Secretario de Justicia Robert Kennedy, a un día de buceo en el área de la Bahía de Cochinos y una vez más utilizó el equipo estadounidense.
"A finales de 1963 Pérez Cisneros afirmó: ‘Donovan me dijo que la idea de un atentado contra Castro le puso la carne de gallina y que rechazó entregar el equipo de la CIA pues pensó que si Cuba descubría la operación, todas las negociaciones podrían arruinarse y él podría ser ejecutado...”
"El libro, matizado por sucesos curiosos e imprevistos, es una tensa historia que demuestra cómo el amor, la decisión y la inteligencia posibilitaron el intercambio de los prisioneros de la Brigada 2506 por alimentos, medicinas y equipos médicos por un valor de 53 millones de dólares.
"Los esfuerzos de Donovan y del Comité de Familiares tuvieron lugar cuando aún reinaba la incertidumbre sobre el destino de los prisioneros"
"La primera reunión del Comité de Familiares con Castro tuvo lugar en la casa de Barreto de los Heros en Miramar el 10 de abril de 1962. Cuatro días después, 60 miembros de la Brigada que estaban heridos fueron trasladados a Miami.
"La incorporación de Donovan a las negociaciones aceleró el proceso de liberación.
"Donovan preparó un código secreto para las comunicaciones, pues sabía que el teléfono de la familia Heros estaba interceptado.
"A mediados de diciembre, Castro acordó realizar el canje y entregó una lista de 29 páginas con los alimentos y medicinas que debían enviarse a Cuba por medio de la Cruz Roja estadounidense.
"Los últimos diez días de las negociaciones fueron muy intensos, pues Donovan contrató un grupo de 60 abogados para garantizar todas las donaciones prometidas por 157 compañías estadounidenses.
"El 23 de diciembre de 1962 viajaron los primeros 5 aviones hacia Miami con 484 miembros de la Brigada. Un día después, los 719 prisioneros restantes viajaron en otros 9 vuelos."
He transcripto literalmente las palabras del artículo. Algunos datos concretos los desconocía. Nada de lo que recuerdo se aparta de la verdad.
Mis relaciones con la Ciénaga de Zapata comenzaron muy temprano. Conocí el lugar gracias a unos visitantes norteamericanos que me hablaban del "black fish", trucha negra muy abundante en la Laguna del Tesoro, en el centro de la Ciénaga, con un máximo de 6 metros de profundidad. Era la época en que pensábamos en el desarrollo del turismo y posibles pólders al estilo de la tierra disputada al mar por los holandeses.
La fama del lugar provenía de mi época de estudiante de Bachillerato, cuando la Ciénaga era poblada por decenas de miles de cocodrilos. La captura indiscriminada casi había exterminado la especie. Había que protegerla.
Nos atraía sobre todo el deseo de hacer algo por los carboneros de la Ciénaga. Así comenzaron mis relaciones con la Bahía de Cochinos, tan profunda que alcanza casi mil metros. En aquel lugar conocí al viejo Finalé y a su hijo Quique, que fueron mis maestros en pesca submarina. Recorrí cayos y cayerías. Llegué a conocer la zona como la palma de mi mano.
Cuando desembarcaron por allí los invasores, había tres carreteras que cruzaban la Ciénaga, centros construidos y en construcción para el turismo, y hasta un aeropuerto en las proximidades de Playa Girón, último reducto de las fuerzas enemigas, que nuestros combatientes tomaron por asalto al atardecer del 19 de abril de 1961. He hablado otras veces de aquella historia. Estuvimos a punto de recuperarlo en menos de 30 horas. Maniobras de engaño por parte de la Marina de Estados Unidos retrasaron nuestro fulminante ataque con tanques en la madrugada del 18.
Para abordar el problema de los prisioneros capturados, conocí a Donovan, quien me pareció —y me alegra comprobarlo por el testimonio de su hijo— que era un hombre honorable, a quien efectivamente invité una vez a pescar, y sin duda le hablé de un traje y equipo de buceo. Los demás detalles no puedo recordarlos con precisión; tendría que indagar. Nunca me ocupé de escribir memorias, y hoy comprendo que fue un error.
La cifra exacta de heridos, por ejemplo, no la recordaba con tanta precisión. Tenía en la mente el recuerdo de los cientos de heridos que tuvimos, de los cuales no pocos murieron por la escasez de equipos, medicamentos, especialistas, y no contar entonces con instalaciones adecuadas. Los heridos enviados delante seguramente requerían de rehabilitación o mejores atenciones, que no estaban a nuestro alcance.
Fue tradición desde el primer combate victorioso, el 17 de enero de 1957, curar a los adversarios heridos. Eso consta en la historia de nuestra Revolución.
En el libro de memorias "Faith of my Fathers", escrito por McCain con la omnipresente compañía de Mark Salter, técnicamente bien redactado, el autor principal afirma:
"Fui con frecuencia acusado de ser un estudiante indiferente y teniendo en cuenta algunas de mis calificaciones, puedo advertir la generosidad de tal afirmación. Pero yo era más selectivo que indiferente. Me gustaba el Inglés y la Historia, y con frecuencia tuve buenos resultados en ellas. Tuve menor interés y menor éxito en matemáticas y ciencias."
Más adelante asegura:
"Pocos meses antes de la graduación, estaba haciendo los exámenes de ingreso en la Academia Naval...Me fue sorpresivamente bien, incluso en el examen de matemáticas.
"Mi reputación como joven escandaloso e impetuoso no se limitaba —me incomoda confesarlo— a los círculos de la Academia. Muchos residentes decentes de la encantadora Anápolis, testigos de algunos de mis más extravagantes actos de insubordinación, desaprobaban mi persona, al igual que muchos oficiales."
Antes, al narrar algunos hechos de su infancia, cuenta que:
"A la menor provocación, yo explotaba en un arrebato de furia, y luego caía al piso inconsciente.
"El médico indicó un tratamiento que de acuerdo a las normas modernas de pediatría parecía un poco severo. Instruyó a mis padres a que llenaran una bañadera con agua fría y cuando yo comenzara con la rabieta y pareciera que aguantaba el aire para tirarme al piso, me echaran al agua vestido, sin más".
Al leer esto, uno experimenta la impresión de que los métodos que se nos aplicaban en aquel tiempo —tanto a mí, que viví en la época de preguerra, como a él— no eran los más apropiados para tratar a los niños. En mi caso, no podía hablarse de médico asesorando a la familia; era la gente del pueblo, en parte analfabetos, muchos de los cuales conocían los tratamientos a seguir solo por tradición.
Hay otros episodios narrados por McCain relacionados con sus aventuras de cadete en viajes de entrenamiento. No los menciono porque se apartan del contenido de mi análisis y nada tienen que ver con asuntos personales.
Es natural que McCain no estuviera en el salón del Congreso la noche del discurso de Bush el 28 de enero pasado, porque hay cosas en la política de este que lo comprometen mucho. Estaba en La Pequeña Habana, en el restaurante Versailles, donde recibió el homenaje de la comunidad de origen cubano. Más vale no indagar mucho sobre los antecedentes de varios de los personajes que estaban allí.
McCain apoya la guerra en Iraq. Cree que la amenaza de Afganistán, Irán y Corea del Norte, y el crecimiento de Rusia y China, obligan a Estados Unidos a reforzar las fuerzas de ataque. Trabajaría en conjunto con otros países para proteger a la nación del extremismo islámico y continuar en Iraq hasta vencer.
Reconoce la importancia de mantener relaciones fuertes con México y otros países de Latinoamérica. Está a favor de continuar con la agresiva política actual respecto a Cuba.
Reforzará la seguridad en la frontera de Estados Unidos, no sólo para la entrada y salida de personas, sino con los productos que entren al país. Considera que los inmigrantes deben aprender inglés, la historia y la cultura estadounidense.
Busca electores de origen latino, la mayoría lamentablemente no ejercen el voto o lo hacen por excepción, siempre temerosos de que los expulsen, los priven de los hijos o pierdan su empleo. En el muro de Texas continuarán muriendo más de 500 cada año. No promete una ley de ajuste para ellos, que buscan el "sueño americano".
Apoya el Acta de Bush "Que ningún niño se quede atrás". Respalda una mayor financiación federal de becas y préstamos universitarios con bajo interés.
En Cuba se les ofrece a todos conocimientos sólidos, educación artística y derecho a graduarse en la Universidad de forma gratuita. Más de 50 mil niños con dificultades reciben enseñanza especial. La computación se imparte masivamente. Cientos de miles de personas bien calificadas se emplean en estas tareas. Pero Cuba debe ser bloqueada para librarla de semejante tiranía.
Como todo candidato, tiene su programita de gobierno. Promete reducir la dependencia de suministros de energía del extranjero. Fácil es decirlo, difícil a estas alturas hacerlo.
Se opone al subsidio de la producción de etanol. Magnífico: eso mismo sugerí al presidente brasileño Lula Da Silva, que exigiera al gobierno de Estados Unidos suspender los cuantiosos subsidios asignados al maíz y otros granos destinados a la producción de etanol a partir de los alimentos. Pero eso no es lo que se propone; por el contrario: exportar etanol norteamericano en competencia con Brasil. Sólo él y sus asesores lo sabrán, porque el etanol de maíz no puede competir jamás en costos con el de Brasil a partir de la caña de azúcar como materia prima mediante esfuerzos muy duros de sus trabajadores, que en todo caso mejorarían su suerte sin las barreras arancelarias y los subsidios de Estados Unidos.
Hay otras muchas naciones de Latinoamérica a las que el gobierno de Estados Unidos embarcó por el camino de la producción de etanol de caña. ¿Qué harían con las nuevas decisiones que emanen del Norte?
No podía faltar la promesa de asegurar la calidad del aire y el agua, el uso apropiado de los espacios verdes, la protección de parques nacionales que van quedando como un recuerdo de lo que un día fuera hermosa naturaleza del país, víctima de los dictados implacables de las leyes del mercado. El Protocolo de Kyoto, sin embargo, no sería firmado.
Parecieran los sueños de un náufrago en medio de la tempestad.
Reduciría impuestos a familias de clase media, mantendría la política de Bush de recortar los permanentes y dejaría las tasas al nivel actual.
Quiere un mayor control de los costos del seguro médico. Considera que las familias deberían tener el suyo sobre el dinero del seguro. Haría campañas de salud y prevención. Apoya el plan del actual Presidente que permite a los trabajadores mover dinero de los impuestos del seguro social a fondos privados de retiro.
La seguridad social correría la misma suerte que las bolsas.
Favorece la pena de muerte, el fortalecimiento y aumento de los cuerpos armados, la expansión de los TLC.
Apotegmas de McCain:
"Las cosas están difíciles ahora, pero vamos mejor que en el 2000." (Enero 2008)
"Estoy bien preparado en temas económicos; participé en la revolución de Reagan." (Enero 2008)
"Para evitar una recesión hay que ponerle fin al gasto descontrolado." (Enero 2008)
"La pérdida de la fuerza económica lleva a la pérdida de fuerza militar." (Diciembre 2007)
"A los republicanos se les ha olvidado cómo controlar los gastos." (Noviembre 2007)
"Hay que asegurar las fronteras; sólo así establecer un programa de trabajadores visitantes." (Enero 2008)
"La amnistía del 2003 no significa premiar el comportamiento ilegal." (Enero 2008)
"Hay que recoger a los dos millones de extranjeros que infringieron la Ley y deportarlos." (Enero 2008)
"Hacer todo lo que pueda para ayudar a que todos los inmigrantes aprendan a hablar inglés." (Diciembre 2007)
"Nada de inglés oficial; los indios americanos deben usar su propio idioma." (Enero 2007)
"Se requiere de reformas migratorias para lograr seguridad nacional." (Junio 2007)
"Las posturas bipartitas son una señal de capacidad para ser Presidente." (Mayo 2007)
"Hay que mantener el embargo y procesar a Castro." (Diciembre 2007)
"Nada de relaciones ni diplomáticas ni de comercio con ese país." (Julio 1998)
"Sería ingenuo excluir las armas nucleares; ingenuo excluir atacar a Pakistán." (Agosto 2007)
"Con la guerra de Iraq ‘hemos desviado la atención de nuestro hemisferio y hemos pagado un precio por eso’." (Marzo 2007)
Promete visitar sus propiedades en el continente. Dijo que de ser electo a la Casa Blanca en el 2008, su primer viaje sería a México, Canadá y América Latina para "reafirmar mi compromiso con nuestro hemisferio y con la importancia de las relaciones dentro de nuestro hemisferio".
En todo su libro, de obligada referencia en mis Reflexiones, afirma era fuerte en Historia. No aparece una sola referencia a un pensador político, ni siquiera a uno solo de los que inspiraron la Declaración de Independencia de las 13 Colonias el 4 de julio de 1776, que dentro de 4 meses y 23 días cumplirá 232 años.
Hace más de 2,400 años Sócrates, reconocido sabio ateniense, famoso por su método y mártir de sus ideas, consciente de las limitaciones humanas, expresó: "Solo sé que no sé nada." Hoy, McCain, el candidato republicano, exclama ante sus conciudadanos: "Solo sé que lo sé todo".
Continuaré.